lunes, 4 de agosto de 2008
Siete diciembre Siete
Lo que te puede cambiar la vida también te la puede arrebatar. Y se van al carajo todos tus aforismos, refranes y promesas de plástico. Se van con ellos tus prejuicios, tus más sagrados descaros y tus más íntimas inquietudes: estar tendido en el suelo, con un chorrazo de sangre saliendo de tu cabeza, en contra de tu voluntad suele ser trascendente. Pero aquí no ha pasado nada. La vida (a lo que yo le llamo Vida) me tiene aquí, sin presentimientos; quizás ahora me caiga un avión encima mientras escribo estas líneas. La voluntad de un Volvo S40 color verde olivo, con placas para el Estado de México sucumbio a mi necedad, mi tosudez, mi descaro por ser y estar. Y sigo.
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