lunes, 17 de septiembre de 2007

Aniversario del Museo de Arte de Querétaro



El Museo de Arte de Querétaro, inaugurado el 22 de septiembre de 1988, celebrará el próximo 20 del presente su aniversario número XIX, “con una serie de eventos conmemorativos, entre ellos la presentación del libro “Esplendor de la Arquitectura Novohispana” tomo II, del documentalista y escritor Sarbelio Moreno Negrete, así como una exposición colectiva en torno al aniversario”, afirmó la artista plástica Marcela Herbert, directora del recinto.

Se trata, ante todo, “de reafirmar al Museo de Arte entre los más importantes museos del el país porque sabemos que lo es, por su arquitectura barroca del siglo XVIII, su complejidad en la estructura y por la obra novohispana que congrega en sus diferentes salas, y las múltiples exposiciones de todos los estilos y propuestas ahí expuestas” detalló Herbert al referirse sobre la situación que ocupa el Museo de Arte en el circuito nacional de museos.

Originalmente construido a partir de 1723 por un grupo de frailes agustinos de la provincia de Michoacán, para ser convento dedicado a la Virgen de los Dolores “el Museo de Arte por sí sólo implica una obra de artística. Hemos mantenido gran parte de la estructura original, tanto en sus dos niveles como en las salas. Desde mi gestión las modificaciones han sido muy pocas, salvo la nueva bodega, que ofrece mayor amplitud y utilidad para las funciones propias del museo”, detalló la artista plástica y docente de pintura.

Marcela Herbert es una de las tres mujeres que dirigen museos de importancia cultural para nuestro estado y el país, tales como el Museo Regional dirigido por Rosa Estela Reyes, y el Museo de la Restauración, bajo la dirección de Concepción Lambarri. Sin embargo, nuestra entrevistada considera “que no es una cuestión de género, sino de profesionalismo y responsabilidad que demanda la gestión de espacios culturales tan importantes”. Desde esta perspectiva “sabemos de nuestra obligación de preservar los pocos y valiosos espacios destinados al arte en nuestro estado”.

Con colecciones permanentes de movimientos artísticos tan diversos como el Manierismo, Barroco, una modesta pero importante sección de pintura Europea y Pintura Mexicana del Siglo XIX, distribuidas en sus diferentes salas, en sus dos niveles, el Museo de Arte, dependiente del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes, cuenta con el Claustro de San Agustín, considerado el patio barroco más importante de América.

Ante las campañas mediáticas de las maravillas nacionales e internacionales, los espacios culturales, como el Museo de Arte, se ven en la disyuntiva de ofrecerse al público con proyectos de publicidad intensiva o de difusión más conservadora, dirigida a la gente más interesada en la cultura. Al respecto, la autora de la colección “Expresiones del Tiempo”, opinó: “se trata de coadyuvar las dos cuestiones. Por un lado se trata de que el Museo del Arte y las exposiciones lleguen a toda la gente, para que el público nos visite. Pero también se trata de conservar los estándares de calidad y la congruencia entre las obras que se exhiben y el perfil del mismo recinto”.

Ante la lamentable situación de deterioro que sufren otros recintos, como el Exconvento de Santa Rosa de Viterbo, Marcela Herbert declaró que “el Museo de Arte no padece esta problemática en ninguna de sus secciones, ya que cuenta con una estructura magistralmente elaborada, con edificaciones fuertes y de materiales de la más alta calidad”. Sin embargo reconoció que “los problemas que enfrentamos como recinto son las filtraciones de agua de lluvia, ya que el sistema de drenaje no es efectivo para desahogar en con rapidez el líquido, provocando encharcamientos en el patio, sin que se ponga en peligro el acervo y las colecciones”.

Además del apoyo permanente que recibe de Gobierno Estatal, a través de partidas presupuestales, el aposento cuenta con el auspicio continuo de los Amigos del Museo del Museo de Arte de Querétaro Asociación Civil y de diferentes empresas de la iniciativa privada, así como de instituciones educativas y culturales. Dicho apoyo, aunado al aporte oficial, “es de importante valía para el funcionamiento del Museo, sin el cual sería casi imposible el funcionamiento del Museo”, reconoció Herbet.

Al respecto, la directora señaló: “nos interesa tener más empresas de la iniciativa privada dentro de los programas de patrocinio y apoyo para el Museo, de esta manera podemos hacer extensiva la cantidad y la calidad de los servicios que se ofrecen en el recinto. Se trata sobre todo de permear de la responsabilidad social que tiene la sociedad con los espacios culturales, sobre todo las personas que tienen las posibilidades de apoyarnos con patrocinio”.

Asimismo instituciones culturales, como la Universidad Autónoma de Querétaro, la Orquesta Filarmónica del Estado, entre otras contribuyen a consolidar los diferentes servicios, tales como el Departamento de Servicios Educativos, el departamento de curadoría, entre otros. “Pero tratamos de extender otras actividades del Museo, tales como la investigación, una mayor y mejor publicación de las colecciones que se exhiben y un crecimiento en el acervo y vinculación con la librería del Museo, la cual queremos dirigir más hacia aspectos plásticos, en concordancia con la actividad del Museo”, detalló.

¿Cuáles son los retos a futuro que enfrenta el Museo de Arte? Marcela Herbert, en sintonía con lo que consideró “una problemática compartida con los otros museos”, afirmó que se trata de acercar más al público a los recintos y actividades culturales de nuestro estado, así como “provocar un mayor interés por parte del gobierno, en sus tres niveles, para un crecimiento en el presupuesto, y una mayor participación de la iniciativa privada que, por medio de patrocinios, nos permitirá incrementar la cantidad, variedad y calidad de los servicios del Museo”.

El Museo de Arte de Querétaro, efigie única que congrega la visión barroca y contemporánea de la cultura queretana, celebra su XIX aniversario con el próximo jueves 20 desde las 19:00, con la presentación del libro de Moreno Negrete y entrega de reconocimientos, y del 22 de septiembre hasta el 6 de octubre con la exposición colectiva 19 Arte Contemporáneo.

Cuaderno de Agua



¿Cómo puede derivar el insomnio en poesía?, ¿dónde radica el motivo expotador de la creación? Cuaderno de Agua (Fondo Editorial Tierra Adentro), del escritor y ensayista capitalino Jorge Solís Arenazas (Ciudad de México 1981) es el resultado literario de una crisis de salud por la que pasó el escritor, cuya obra será presentada el próximo jueves 13 de septiembre a las 20 horas en el Express Arte Café, auspiciado por el Instituto Queretano de la Cultura y las Artes.

Cuaderno de Agua está conformado por Tabula Rasa, Debajo del muñón del pulpo, Escolios y Cuaderno, donde cada bloque o capítulo constituyen específicas representaciones simbólicas de riqueza evocativa y recursiva, en la búsqueda constante por encontrar la escritura en su estado más primigenio, permeando de reflexiones, confesiones y decantaciones estéticas, tomando como cómplice al lector.

Tabula Rasa, primer cuaderno con el que abre el volumen, comienza con una advertencia y una dicotomía entre el todo y la certeza de la existencia. Una exploración hacia la alucinación y la intervención onírica con la realidad fugaz: “Lo que ves es todo lo que es El Ojo es todo lo que hay”, revela Solís Arenazas. “Mira bien: lo que ves es todo lo que es”.

¿Acaso la certeza del silencio permite imaginar otras vertientes representativas en el lenguaje poético? el también autor del libro de ensayos Entre la iguana y el colibrí desarrolla una bifurcación literaria, entre el cuestionamiento estructural de la poesía y a diferente disposición de las posibilidades del lenguaje poético. Así, tenemos un ejercicio de circunscripción simbólica en el tercer texto de Tabula Rasa: “Donde dice “Ojo” debe decir algo más. No en el vocablo diferente, la diferencia. Donde dice “Ojo” podría seguir diciendo “Ojo” si el signo se trascendiera. Incluso podría decir “Ojo” –en una red inmensa donde la posibilidad fuera el camino de lo total”.

Seis años le tomó a Jorge Solís Arenazas concluir Cuaderno de Agua, cuyo proceso de creación, no exento de vicisitudes enfermizas, se vio engalanado con la obtención del Premio de Poesía Joven Elias Nandino 2006, certamen convocado por el Fondo Editorial Tierra Adentro del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Dicha distinción al obtuvo Solís Arenazas después de competir ante 228 trabajos, dictaminados por Víctor Manuel Cárdenas, Carmen Villoro y Héctor Guerrero, siendo Cuaderno de Agua la número 226.

Jorge Solís Arenazas propone un proyecto de escritura que “más que buscar una trascendencia, tenía que ver con los límites del lenguaje en el mundo formal”. ¿Acaso el lenguaje está limitado por el silencio? El autor considera que se sintió interesado por el silencio, “lugar donde el lenguaje no puede llegar y que para mí representa una enseñanza sobre nuestros propios límites y nuestra finitud”.

Sin embargo, el horizonte de expectativas del autor se desdobla y revela una irónica implicación del lenguaje en la concepción del silencio. Es en Cuaderno, donde ese vacío se presenta evocado desde el lenguaje poético: “No camina el tiempo por otra ciénega distinta a las vértebras. Hundida en mis piernas, esta grapar me impide caminar: se abre en el Insomnio de Nadie. De este sitio se desprende la escritura”.

¿Cuál es la situación del lenguaje ante el silencio al que se refiere Solís Arenazas? más que un silencio es un aliciente. Una frase de Octavio Paz bien podría reforzar el argumento de Solís Arenazas: “Enamorado del silencio, al poeta no le queda más recurso que hablar”. Y nuestro autor demuestra que habla desde la poesía empeñada en mostrar los límites de la enunciación, cuando afirma que su escritura parte de un lenguaje herido, que no puede decir las cosas con inocencia, y que rigurosamente interroga a cada una de las palabras como una manera de dimensionar el lenguaje éticamente.

Así lo demuestra en otro de sus pasajes figurativos: “La pregunta: algo se ramifica sin detener la hélice, los caminos cuyo imán borra la esfera. Detrás de la soga, ningún paso que no diga la imagen. Al llegar a ese lugar, llueve la trajinera hacia abajo. El cuerpo sin reunión es la apertura. Todo es huella del arco floral. Esos breves portales para la navegación no tienen nombres; escapan a cualquier letra. Sobre el agua cruje la madera, el remo vuelve al ritmo, es la letra su propia ausencia”.

Cuaderno, sin duda la parte más elocuente del ejercicio poético en prosa, permite dilucidar la inquietud de autor y sus esfuerzos por trascender a sí mismo, de denunciar la función de la escritura como aliciente pudoroso: “Desconfío de los poemas que dan la impresión de que el lenguaje y el ser son puros, inmediatos, asépticos. Este tipo de lenguajes pueden funcionar desde una perspectiva estética pero la poesía no puede circunscribirse únicamente a ello”, refiriere el poeta.

Julieta Márquez y sus livianas chejovianas




"Livianas Chejovianas”, proyecto de adaptación teatral desarrollado por la artista escénica Julieta Márquez, acreedor al estímulo del Programa de Apoyo a la Producción Artística del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes (IQCA), tratará de presentar la naturaleza y condición humana desde visiones teatrales a través de cuentos de Antón Chejov dirigidos al espectador joven.
La intención inicial, según la actriz formada en el Foro Teatro Contemporáneo, “es llevar a escena inicialmente tres cuentos de Antón Chejov, “El Contrabajo”, “El Gordo y el Flaco” y “La muerte del funcionario público”, desde un lenguaje más adecuado que llegue a los jóvenes”. Abundó: “he visto diferentes esfuerzos teatrales que se empeñan por llegar al público joven; sin embargo, al utilizar lenguajes escénicos complicados, los jóvenes pierden ese interés por el teatro, se desencantan y no se acercan”, detalló.
Aburridos, incompresibles, demasiados prejuicios que se gesta en el espectador joven por el hecho de tratarse de autores clásicos. Márquez revela: “lo que buscamos con este proyecto, que incorpora a Uriel Bravo en la dirección y a Manuel Puente en la actuación, es utilizar lenguajes que sean divertidos, ágiles y accesibles para permitir otro acercamiento a la obra de Chejov, presentando obras con temáticas sociales y cotidianas, con inclusiones directas de la condición humana”.
Entre los nombres de Dostoievski, Tolstoi, Pushkin, Gogol, ¿por qué se eligió a Antón Chejov? Nuestra entrevistada reconoce: “además de ser su admiradora, lo elegí porque es un escritor canónico que marcó la pauta para muchos otros creadores de la literatura y la dramaturgia, desde sus temáticas cotidianas, por su lenguaje aparentemente simple y por el sentido de concreción en sus textos no lo tienen otros escritores”.
Actriz de a obra “Muerto El Perro...”, reveló que la “Livianas Chejovianas” significó un gran reto en su adaptación: “a primera vista podrían tratarse de anécdotas sencillas, pero al adentrarte al texto, al releerlo, al verlo, te das cuenta de que hay algo que te está invitando a penetrarlo de otra manera. Desde la primera vez que leí a Chejov me causó un estado de fascinación, que llegué a decir ¡qué fue lo que leí! y eso es lo que busco trasmitir en el escenario”
La autora revela que este proceso de proyección de “Livianas Chejovianas” comenzó desde hace siete años: “yo sabía que había algo en los cuentos que aún no lograba entender, con el correr de los años comencé a configurar otras lecturas de los textos, indagando en la multiplicidad de puntos de vista y de lectura. Habrá gente que lo toma como un relato humorístico, habrá gente que logre desentrañar al texto y lo haga suyo”.
Actriz protagónica del circuito teatral queretano, Julieta Márquez reconoce que las opiniones de sus colegas en torno a las “Livianas Chejovianas” a un principio fueron obviedades, con base a los numerosos montajes anteriores del escritor ruso: “me decían: vas a montar El Oso, La Dama del Perrito, entre otros cuentos que se han montado constantemente desde hace muchos años”. Sin embargo, destacó que no siguió la línea tradicional de adaptaciones chejovianas.
Así, “Historia de un Contrabajo”, drama azaroso en torno a una desafortunada decisión del protagonista; “El Gordo y el Flaco”, disgregación clasista que evoca la separación social de los estados modernos; y “La muerte del funcionario público”, cuento que transgrede la situación espacial y temporal de la muerte y las vicisitudes cortesanas de la cotidianidad aparentemente real, son los cuentos que inicialmente conforman “Livianas Chejovianas”, con miras a ampliarse con tres cuentos más, según Márquez.
En un trabajo de adaptación tan arduo y complejo, para la artista escénica “definitivamente es el personaje la entidad donde centra más mi esfuerzo, por lo que nos dice, lo que siente, lo que sufre, lo que anhela, por cómo nos muestra los diferentes rostros y cómo nos invita a desentrañar que hay detrás de ese rostro que vemos, qué hay entre las líneas del texto a partir del personaje, por sus acciones y sus reacciones, además por su identificación con la naturaleza humana”, detalló.
Al respecto de la escasa presencia femenina en las actividades teatrales de nuestro estado, Julieta Márquez atajó: “el hecho de que no aparezcan nombre de mujeres en los eventos, como en el caso de la Muestra Nacional de la Joven Dramaturgia, no significa que no estén trabajando, yo conozco a muchas mujeres escenógrafos muy importantes en la Ciudad de México”. En nuestra ciudad reconoció que, tras estar dos años fuera de nuestra entidad estudiando dramaturgia, “no podría decirte exactamente cual es la situación con el teatro producido por mujeres, pero se de mujeres que son coreógrafas, escritoras, etc. en general la mujer ha ganado mucho terreno, a pesar de las actividades que por ser mujer te ves obligada a hacer”.

A propósito del género en las artes, declaró que “aún es mal visto que una mujer se desempeñe al teatro y que se dedique a las artes” sobre todo cuando tiene hijos. Citando al director teatral Ludwick Margules, refirió “los hijos de los actores son muy egoístas, quieren comer tres veces al día ¿cómo se les ocurre?”

viernes, 31 de agosto de 2007

Ensayo sobre la ceguera


La izquierda mexicana actual, concretada principalmente en la imagen del Partido de la Revolución Democrática, padece una extraña enfermedad que les llegó de súbito, aunque ya se advertía su posible contagio: epidemia tribal escatológica con tufo a demagogia y democracia de levantadedo, arrebatos de micrófonos y abstinencia autocrítica. Ceguera, pues. Peste que se alegoriza en cada personalidad perredista y que exacerbó sus propios fantasmas, los mismos que ha atacado la izquierda desde la trinchera de la obstinación.

Quizás el hombre que esperó confiado un proceso democratizador en automático, como quien espera la previsible luz verde del semáforo, sea el mismo que se ha visto enclaustrado en una campaña presidencial perpetua. Quizás ese mismo hombre fue el primero en padecerla y en regarla con vehemencia por toda la clase política de izquierda de nuestro país. Quizás ese hombre sea el único que pueda ver y guiar a sus parroquianos, aunque sea por un instinto febril con coqueteos autoritarios.

Ni siquiera los hombres puestos en cuarentena obligada por videoescándalos sobre pedido (¡etimológicamente escándalos de la vista!) se han librado de padecerla; ellos desarrollan, incluso, sintomatología radicalmente autodestructiva, cerrando posibilidades de cura alternativas y progresistas con rumbo y visión.

Gradualmente le ceguera avanzó y terminó por infestar las dos principales tendencias: el Frente Amplio Progresista y Nueva Izquierda. Así, la ceguera blanca terminó por degenerar a sus hombres y mujeres, funcionarios, candidatos, acarreados, militantes, simpatizantes... los infestó de sus propios y más bajos instintos: votaciones fraudulentas, tomas pendilleriles de tribuna, enfrentamientos verbales y físicos, protestas cacofónicas.

Se apeló a la nulificación de los principios democráticos de izquierda y se fraguó una quimera, gestada por sentimientos antiliberales y miserables. Egoísmo y canibalismo, orquestado con un bajo continuo lúgubre: “¡Voto por voto, delegado por delegado!”. Y la sociedad, corrompida, expectante, defraudada, impotente, ciega al fin, sintió que su último reducto de esperanza se esfumaba, al igual que su ulterior participación sufragista, en un proceso interno, antidemocrático, espurio y ciego.

Ensayo sobre la Ceguera (1995), le valió al escritor portugués José Saramago (Azinhaga, 1922) el Premio Nobel de Literatura 1998. Una parábola de la cotidianidad actual, que en sentido eminentemente simbólico, hace referencia a la ceguera crónica producto del egoísmo y la violencia de nuestras instituciones primigenias. Allende la ceguera física, Saramago destroza las representaciones volátiles que componen una realidad social frágil, compungida, azarosa y lúdica. Se hace presente en el contexto democratizador cegado de egolatría, carente de la única luz que los mismos contagiados nos convidaron a mirar, sin advertir que ellos eran la más peligrosa de las contraindicaciones.

Un libro con narrativa impresionante, que impide al lector separarse de las abstracciones y simbolismos que él mismo construyó. No se puede ser la misma persona después de leerlo, so pena de quedar ciego.

martes, 21 de agosto de 2007

Foro Querétaro Democrático 1997-2007


Los días jueves 16 y viernes 17 de marzo se llevó a cabo el Foro Querétaro Democrático 1997-2007 ¿Qué pasó, dónde estamos, a dónde vamos? bajo la convocatoria de Diálogo Queretano, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Querétaro y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con el apoyo del Instituto Electoral de Querétaro. Se instalaron mesas de trabajo sobre tópicos presentes en el espectro social queretano: Política, Cultura, Periodismo y Sociedad.
Haciendo una distinción, por competencia temática, de las mesas de Cultura y Periodismo, a continuación se presenta una crónica del mosaico de ideas que fomentaron la tónica participativa de los participantes del foro.
La mesa de Cultura estuvo conformada por el historiador José Félix Zavala, el urbanista y férreo defensor del Centro Histórico, Gonzalo Ruiz Posada, el poeta queretano Luis Alberto Arellano, la ex regidora y consejera cultural panista, Natalia Carrillo y el periodista Agustín Escobar. La moderación corrió a cargo del director del INAH, delegación Querétaro, Diego Prieto.
Cada voz proclamó sus referencias y visiones personales en torno a la cultura o lo que cada quien concibe como cultura, así como su estado, su desarrollo, sus vicisitudes, sus ausencias, pero sobre todo su presencia dentro de la sociedad queretana. Abundaron las retrospectivas y los recorridos dialécticos de la cultura, más desde un punto de vista cronológico que genérico.
Natalia Carrillo, con un marcado acento institucional, sentó el contraste y obvió un recorrido de la cultura de Estado, más hacia una distinción de esfuerzo gubernamental, digno de una inserción pagada, que de un enfoque crítico. Su intervención estuvo caracterizada por referencias institucionales y menciones intermitentes de empresas culturales del sector privado.
La visión urbanista, que mereció un recorrido oral en torno a la nulidad del estado laico, fue de Ruiz Posada. El Centro Histórico, la Iglesia, la libertad de expresión, el cinismo –según el urbanista- con el que las autoridades detentan el poder, la frivolidad y la impunidad. Menciones de ejemplos donde se transgreden los principios esenciales de la convivencia y el respeto al Patrimonio Cultural.
Agustín Escobar, descontextualizado temáticamente, pero adecuado en lo que a interdisciplinareidad se refiere, habló sobre la libertad de expresión y la censura de la que ha sido víctima en el periodismo local. Ejemplos como referencia autobiográfica revelan una historia de contrastes en el oficio del periodismo, exacerbado en la última década.
José Félix Zavala tomó un rumbo categorizante de la cultura y la llamó alta cultura. Instituciones Públicas que van de la Escuela de Bellas Artes de la UAQ al Panteón de los Hombres Ilustres. Distinción que, desde su punto de vista, merece un análisis y una reflexión ulterior.
Quien acaso tuvo un acercamiento adecuado al hablar de cultura, quizás apelando fidedignamente desde su posición de artista, fue Luis Alberto Arellano, quien desglosó la otra cara de la historia cultural queretana. Pírricas designaciones, errores de gestión cultural, trámites que entorpecen la labor del artista y burocracia imponente, son algunos de los tópicos que destacó el también académico universitario.
Distinciones, señalamientos, referencias, correcciones... la mesa de Cultura tuvo de todo y casi nada culturalmente hablando. La cultura genérica e incluyente, aquella que no discrimina entre culturas populares y la alta cultura, por uso y costumbres burocráticos, no se hizo presente. Las referencias al pasado ubicaron al foro en un presente pesimista, pero la interrogativa del rumbo de la cultura no fue ni siquiera abordada. No se evocó a la cultura científica, política, educativa, artística (desde las premisas más clásicas y tradicionales hasta las propuestas contemporáneas) y multidisciplinaria. Anacronismo que beneficia al presente pero no enriquece al futuro. Salvo la voz de Arellano, le presencia de la cultura juvenil fue nula.
La mesa de periodismo, moderada por Flavio Lazos, congregó al empresario y periodista Andrés Estévez, al director del semanario católico El Observador, Jaime Septién, al periodista y académico, José Luis Álvarez Hidalgo, al periodista, Ramón Martínez de Velasco y al investigador y escritor Jorge Vargas Sánchez.
Martínez de Velasco declaró la existencia de contenido podrido en el periodismo local, actividad a la que –señaló- los oportunistas le llaman oficio. Denunció la existencia de una obstinación genérica mediática a repetir declaraciones.
Andrés Estévez destacó la ventaja que tienen los periodistas de influir en la conciencia social, ya que los medios fungen como puentes entre el acontecimiento y la sociedad. En contraste Álvarez Hidalgo aseguró que no existe periodismo en Querétaro, sólo campea el poder. Para el también artista escénico el periodismo local se ufana de establecer relaciones de poder entre el Estado y la Iglesia, esta última homologada como suprapoder fáctico.
La contribución de Jaime Septién giró en torno a una palabra, desde su punto de vista, esencial para el desarrollo del periodismo local: coherencia. Refirió que nunca se ha visto expuesto a la censura ni al linchamiento mediático por consignar constantemente un principio de coherencia entre lo que escribe y lo que le gusta escribir.
Jorge Vargas Sánchez retomó la ruta crítica iniciada por Martínez de Velasco. Destacó que el periodismo se distingue más que por una actividad profesional, por ser una dinámica burocrática de la información, emanada de la relación chocante entre el poder y los medios.
Similar a la mesa de cultura, la propuesta juvenil estuvo ausente, así como nombres de periodistas que estuvieron presentes en el proceso de transición, si bien incipiente y perfectible, concreto de la democracia queretana. No hubo fotoperiodismo, periodismo gráfico (caricatura) ni mucho menos periodismo de investigación. Tampoco hubo autoridades ni representantes de los poderes del Estado.
Reseñas con las mismas caras que, después de diez años, abren preguntas y dejan muchas dudas al viento. Tanto la cultura como el periodismo requieren de una conceptualización alterna y acorde a la realidad actual y para el futuro social del Estado. Perspectivas que se olvidaron de colocar en la comunidad estudiantil, universitaria y social la iniciativa para una reconfiguración incluyente y participativa. Necesitamos definir a la cultura y al periodismo sin adjetivos y con amplitud de inclusión, con vocación genérica, desde su primigenia función social. Una cultura para propiciar la libertad y un periodismo no como cuarto poder, sino como antipoder. Ya no por designio oficial sino por derecho inalienable, reconocido de facto por el simple hecho de ser ciudadanos, merecedores de más y mejor cultura, y de un periodismo libre y con visión democratizadora.
Desde los dignos esfuerzos editoriales donde participo (Tribuna, A Desalambrar, etc.), se extiende una felicitación y un exhorto a la comunidad académica y estudiantil, de la cual soy parte orgullosamente, para promover con ética, cultura y libertad una alternativa diferente de sociedad, más exigente y menos frívola, más dinámica y menos metódica, más culta y menos sedentaria, más libre, más universitaria, más de todos.

Tercer Festival Internacional de Danza, en voz de José Juan López Palacios

“Querétaro, como punto clave para el arte y la cultura en el país, ofrece por tercera ocasión un festival de esta naturaleza, el cual está cada vez más fortalecido”, señaló el bailarín y coreógrafo José Juan López Palacios, refiriéndose al Tercer Festival Internacional de Danza Querétaro 2007, que bajo su organización y el auspicio del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes (IQCA), se llevó a cabo en las instalaciones del Cineteatro Rosalio Solano, de nuestra ciudad capital, del 13 al 18 de agosto.

El también director artístico y cofundador de la compañía de danza Terramorfos, puso en relieve la trascendencia de la tercera edición del Festival, donde no solamente se ofrecen funciones para todo público, sino talleres impartidos por profesionales de talla internacional: “los profesores locales tienen la oportunidad de colocarse a la vanguardia, si no puedes ir a Nueva York a tomar un curso, los traemos para que experimenten otras formas y expresiones del arte dancístico”.

Al lado de la bailarina María Luisa Fernández, cofundadora de Terramorfos, López Palacios se encargaron de la organización y de la sede para los talleres. Respecto a la importancia que esto implica señaló: “a nuestra ciudad llegan espectáculos como el que ofrece el Ballet Rojo de Moscú, pero los bailarines no tenemos para pagar estos eventos. El Festival se ofrece sin costo, nos interesa que la gente del arte y la cultura, sin importar su disciplina, tenga acceso a espectáculos que ofertan artistas de talla internacional”.

A decir de nuestro entrevistado, el Festival Internacional de Danza, a lo largo de sus tres ediciones, ha logrado conformar un prestigio importante en el país para la comunidad artística del nuestro estado, “viene gente de Monterrey, de Aguascalientes, de Veracruz, de Morelia, el que se acerquen otros estados para asistir al Festival es importante, causa una grata sensación”.

Aclara que el Festival, por su vinculación con la Red Nacional de Festivales “no está perdido, al estar en la agenda del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, del Instituto Nacional de las Bellas Artes, obtiene más impacto nacional”. Esto representa “un estímulo para los artistas, quienes al advertir movimiento dancístico importante en nuestro estado, se vinculan para participar con nosotros”, señaló.

Al ser cuestionado sobre los objetivos del Festival, el bailarín y coreógrafo citó: “sirve como enlace para los artistas queretanos e invitados, ofrece una plaza donde presentar su trabajo donde el artista queretano tiene contacto con otra forma de ver y ejecutar la danza. Al tener contacto con ejecutantes foráneos, se enriquece nuestro trabajo. A su vez los maestros que nos visitan dan cuenta de la calidad y del nivel dancístico queretano”.

No obstante, José Juan López admitió: “también se evidencian las carencias y los pocos espacios con que contamos, de las limitantes que encuentras para las alternativas coreográficas que se ofertan, así como las dificultades que enfrentamos para realizar el Festival”. Pero el trabajo, las presentaciones, los talleres, el montaje, el vestuario, la musicalización, la iluminación, los ensayos previos...todo constituye un esfuerzo que se traduce en un buen trabajo, destacó el artista.

A pesar del desarrollo urbano que coloca a Querétaro como uno de los estados más importantes por su exacerbado crecimiento, nuestro entrevistado reconoce que es muy difícil desarrollar eventos artísticos de las dimensiones del Festival Internacional de Danza “principalmente por que la iniciativa privada no cree en la cultura, y eso provoca que tengamos que estar dependiendo siempre de IQCA y de instituciones gubernamentales, con el mínimo de recursos”.

Sin embargo, reconoció que sin el auspicio del IQCA y demás instituciones culturales del estado “no hubiéramos podido llevar a cabo el Festival, por lo cual estamos muy agradecidos”. Además subrayó la importancia de tener un compromiso compartido: “a nosotros nos toca ofrecer un espectáculo artístico de calidad, si algo sale mal es nuestra responsabilidad, todo el peso cae sobre nosotros”.

Pocas veces el Cineteatro ha presentado tal afluencia de público, como la que manifestó el primer día del Festival, lo que en principio significó un logro, a decir de José Juan López. Sin embargo, “no hay personal técnico suficiente para los teatros; con el que se cuenta carece de una visión del oficio escénico; falta definir la responsabilidad que compartimos artistas y técnicos, pero son dificultades que se tiene que sortear”.

El Tercer Festival Internacional de Danza significa para nuestro entrevistado dos experiencias, con todo y sus complicaciones. La primera es que “nos hemos dado a conocer a nivel nacional e internacional tanto con la compañía, como en conjunto con el Festival, pero lo más importante es que en esta edición, los grupos de danza actuales han olvidado su complejos. Las nuevas generaciones tienen otra idea de ver la danza, ya no desde su perspectiva sino compartiendo enfoques”.

La segunda es “que la gente asiste a ver nuestro trabajo. Ver los teatros llenos siempre es una satisfacción, que lleva al artista a decir: bailo gratis, pero que venga la gente”, concluyó.

La realidad mistificada, o cómo perder el tiempo con estilo CMLL


En serio, ¿que se siente remedar a un luchador?, ¿qué sensaciones se experimentan al portar una máscara (física o metafísica) que complica la respiración y la visibilidad?, pero sobre todo ¿qué se siente someter con estilo, con tan glamourosa como inecesaria llave, a un oponente? No lo se. Ni siquiera me interesa averiguar. Pero, ciertamente, es muy divertido ver a unos chicos con muchos valor y nula vergüenza para intentarlo. De hecho, el número de místicos improvisados es mucho máyor del que imaginé, después de efectuar un censo por la por you too be. La apoteosis de la imagen, encarnada en una saeta celestial. Adrenalina de adolescente, que adolesce de coordinación motriz gruesa y psicomotricidad de preparatoriano, y la sangre hirviendo, borboteando ante el retador. La arena abre sus puertas, la lucha eterna entre el bien y el mal se reproduce hasta la eternidad. La reproducción del mito y la representación del pancrasio, donde la realidad y el sopor preparatoriano sucumben ante el desasogiego (seudo) grecorromano. Blasfemia deportiva, mientras el profesor de física fenece con las uñas clavadas al escritorio: Ley de la Inercia. Lucharán de dos a tres caídas, sin límite EN el tiempo, así, eternizados en la red, atravezando las fronteras de viento, mientras la imágen del gladiador se concilia con un grito secular: ¡Místico! Disfruten. No intenten esto en sus casas, es mejor en el patio escolar.


domingo, 5 de agosto de 2007

Los Simpsons, la película (y el puerco araña)


Fabulosa. Simplemente no puedes dejar de reirte. Confieso que algunas lagrimas rodaron por mis mejillas producto de las intrépidas puntadas de Homero. Después de dieciocho años de espera -Matt Groening afirma que fue por flojera- llega este largometraje de una hora y 35 minutos de duración, en medio de derroches tecnológicos (Transformers), rateros millonarios (Ahora son Trece), y magos adolescentes (Harry Potter y la testosterona inocultable). Sería un debate inútil compararla con los episodios, ya que el arduo desarrollo guionístico de la historia, dirigida por David Silverman, está claramente construido para ser montaje cinematográfico.
La población de Springfield, particularmente aquella que se distingue por tener una participación en la serie, aparece en su integridad, así sea con pequeñas líneas del guión, o meros fotogramas anecdóticos. Lo que más satisface es que los guionistas permitieron que los personajes guiaran la historia. De esta forma encontramos a un Homero más cínico e irreverente. Los otros miembros de la familia tendrán atribuciones contrastantes a comparación de su caracterización cotidiana en la serie. Cabe destacar tres momentos históricos que subvierten a la versión original (para delicia de las buenas conciencias de la sala ahogadas en un ¡Ay!): 1)Bart se muestra desnudo, al fin, al cien por ciento; 2)Homero pinta dedo, con las dos manos; 3)Hay un beso homosexual explícito, entre dos policias.
Lo mejor es la forma en que fueron construidas las bromas. Quizás sean del mismo corte, pero la forma de presentación es magnífica. Una de mis favoritas es la incursión paradójica del Puerco Araña (con todo y musicalización al español en un trabajo coral interesante). Destaca también la manera en que son presentados, los sketch no rebasan los veinte segundos entre uno y otro.
A propósito de la música, la batuta de Hans Zimmer le da un efecto evocativamente cinematográfico, creando una atmósfera más apropiada para el desarrollo de la película. A pesar de que algunas de las voces originales quedaron ausentes, la de Homero destaca por sobre los demás doblajes y es indudablemente undigno protagonista explotado contodo su potencial característico, incluso encima de Bart.
Personalmente me dejé llevar por el trailer. Nunca imaginé que la historia sería totalmente distinta a la que había previsto. Al igual que en los epidodios, donde la línea dramática es heterogeneo y multidireccional, en la película se respeta esta estructura. Insisto, no es un episodio grandote, es una incursión fílmica auténtica.
A pesar de algunos problemas nimios de continuidad, como la casa de los Simpsons que inicialmente es quemada por la plebe, aparece integra cuando es tragada por el arenero, la cinta es inteligente y divertida. Ideal para los que somos fans por la enorme cantidad de referencias simbólicas, pero también disfrutable para niños, quienes de plano les valió madre que la película fuese clasificación B.
El poder del discurso por sobre la apuesta al derroche de tecnología; un drama crítico, lúdico, efervescente y, sobre todo, testigo de la sociedad postmoderna; bromas ácidas de un presente paralelo; de la risa al escrutinio en una sola cinta. Sin duda hay mucho Simpsons para rato, y una subyacente amenaza de secuela hacia el final de la película. ¿Será?

El Tren de las Letras: destino Héctor Cabrera


El pasado viernes 2 de agosto, Héctor Cabrera presentó una breve compilación de textos a manera de lectura pública, en el marco del Tren de las Letras, donde se destacó la inevitable hermandad que existe entre el periodismo y la narrativa contemporánea. El escenario fue el lobby del Cineteatro Rosalío Solano ante un público en su mayoría joven, quienes fueron testigos de las recreaciones textuales de Cabrera.
“Dicen que el periodismo es un género menor”, subraya el también director de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem) en Querétaro, “pero la literatura de ficción está íntimamente influenciada, como el caso de otros escritores y el mío en particular, en las historia que del periodismo germinan”. Destaca como ejemplo el esfuerzo del escritor colombiano Gabriel García Márquez quien, desde su más íntimo sentimiento periodístico, funda la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) para impulsar una forma distinta de narrar la realidad. Prueba de ellos son los concursos iberoamericanos de periodismo que organiza la FNPI, donde se encuentran historias escalofriantes, arguye Cabrera.
Referencia obligada para la creación literaria a partir de un hecho periodístico es A sangre fría del periodista estadounidense Truman Capote, de quien Héctor Cabrera destaca: “le importaba contar los hechos con forma diferente, manteniendo los datos fríos de la realidad periodística con los recursos narrativos de la ficción, así como el desarrollo de la historia misma. Capote desarrolló un arduo trabajo de investigación de seis años, convivió con la gente que conocía a las víctimas y a los célebres protagonistas de los asesinatos de Kansas, para poder formar su libro, a partir de una nota periodística del periódico The New York Times”.

En voz de su maquinista, Miguel Aguilar, “el Tren ya lleva alrededor de tres años con su recorrido; después de estar un tiempo en La Vieja Estación, los miércoles, ahora se presenta los jueves en la Galería Municipal”. Los vagones del Tren están conformados por un espectro heterogéneo de la literatura contemporánea. Su director refiere que el principal propósito “es dar a conocer la obra de los creadores locales, tanto narradores como poetas, en un intercambio simbólico para la conformación de una mejor sociedad, desde una visión metafórica de su realidad”. A continuación el relato corto de Héctor Cabrera llamado Julia, basado en la película Danzón:

Julia salió a la calle radiante y esplendorosa. Su vestido rojo se adaptaba con perfección a sus formas y jugaba alegre con todos los colores del cuerpo. La flor en su cabeza era el perfume ideal para la reunión esperada por quién sabe cuánto. Rubén regresaba después de muchas promesas y viajes pospuestos. Anhelaba su perfume a hombre, su virilidad, su sonrisa franca, juguetona. Miro el reloj y aceleró el paso. El barco no debía tardar. Sonrió al pensar en los danzones que bailarían en el viejo Tiboli tan cercano a ambos. Desde que él se fue no había bailado. Lo había hecho intencionalmente esperando ese momento que ahora estaba al alcance de sus manos. No reparó en los hombres que le lanzaron piropos y la comieron con los ojos. El silbido del barco sonó a lo lejos. Quiso correr, pero sus zapatillas, rojas también, protestaron de inmediato. Llegó al muelle donde los pasajeros desembarcaban, Cientos de mujeres y hombres desconocidos avanzaban y saludaban a familiares y amigos. Rubén no aparecía. Su corazón se aceleró ante la posibilidad de otro desengaño. Pronto, el muelle quedó desierto. Quería huir, desaparecer, pero la ira y la frustración la paralizaban. Fue cuando vio que dos hombres descendían muy lentamente por la rampa. Creyó reconocer al que guiaba la silla de ruedas pero no al que iba sentado en ella. Ahora lo entendía. Rubén había esperado hasta el final para ayudar al otro pobre hombre, al que le faltaban las piernas, a descender. Siempre pensando en los demás. Corrió a sus brazos, pero cuando estuvo a su alcance comprendió su error. El hombre que guiaba la silla era Marcos, el hermano de Rubén, que la miró sin querer hacerlo. Su corazón se detuvo. Rubén sentado en la silla no sonreía ni olía bonito. Sintió como se marchitaba la flor en su cabeza. Pronto el Tiboli desapareció y el vestido rojo se perdió en los laberintos del guardarropa.

Entrevista con José Manuel Alcántara

El guitarrista capitalino José Manuel Alcántara presentará un mosaico de partituras contemporáneas a duo con el flautista Salvador Torre, el próximo 7 de agosto a las 8:30 en el Museo de la Ciudad, evento auspiciado por el Instituto Queretano de la Cultura y las Artes, donde se podrán escuchar un programa con interesantes tendencias contemporáneas con obras de Toru Takemitsu, Rogelio Sosa, Hebert Vazquez, del mismo Salvador Torre, Ignacio Baca y Juan José Bárcena.

Alcántara reconoce que “es el primer concierto de música contemporánea a duo que presento”, pero además “es la primera vez que tocaremos juntos Salvador y yo en programa de dúo, lo cual es un gran placer. Consecuentemente, con este concierto se inicia una etapa de conciertos con la fórmula Alcántara-Torre.

Cinco años viviendo en Europa a través de Ámsterdam, Barcelona, Córdoba, proyectos con músicos de ciudades como Estonia, Nueva Zelanda, Bélgica, nuestro entrevistado señala que el estado del arte guitarrístico nacional y local “está lleno de contrastes; hay mucha gente muy interesante, algunos están saliendo, otros están aquí haciendo labor y hay quienes tienen sus carreras paradas por falta de trabajo”.

Entrevistado vía electrónica, José Manuel Alcántara expresa que en Querétaro “todavía hace falta que pueda nacer la guitarra como un verdadero oficio dentro del mundo de la música clásica. Hasta que no se reconozca a Querétaro desde afuera como un espacio donde se toque bien la guitarra, no se habrá pasado un limite que es muy necesario romper”. Para conseguirlo –agregó- “No se trata de decir lo que uno quiera de uno mismo, se trata de estar en la confrontación. Claro para esto primero hay que trabajar y lograr tener un nivel que te permita el reconocimiento del medio nacional. No se trata de fingir se trata de lograr”.

En torno a las diferencias entre la actividad guitarrística nacional respecto a la internacional declaró: “la diferencia es fundamentalmente estructural, tiene que ver con un plan de educación, dependiendo de los países. Existen puntos ciegos en donde hay cosas que no están funcionando y que cuando alguien quiere avanzar se tienen que detectar inmediatamente, otra manera se pierde mucho tiempo”.

Los nombres de Alfredo “el Güero Gil”, Marco Anguiano, Gonzalo Salazar, David Roussell y muchos otros aparecen en el listado de maestros de Alcántara, quien –según afirma- se encuentra en una etapa de síntesis en su carrera como guitarrista profesional. “Desde la primera vez que toqué una guitarra hasta hoy he experimentado muchos capítulos: la música popular, mis maestros, el trabajo conjunto con otros músicos, proyectos, mi residencia de cinco años en Europa. Me encuentro en un momento de mucha introspección y reflexión, en donde trato de entender lo más posible lo que quiero, lo que siento y simplemente trato de hacerlo”.

De las actividades que ha llevado a cabo en la ciudad destaca la Semana de la Guitarra Renán Cárdenas, “que consistió cinco conciertos; un primer recital completo de un exalumno Daniel de la Vega, dos conciertos colectivos de lo que se llamó Movimiento Guitarrístico Queretano, un invitado y yo”.

Deslindado socialmente del medio artístico, como él mismo se define, por el sufrimiento que esto implica, José Manuel Alcántara nos habla de sus siguientes presentaciones: “el 25 de agosto ofreceré un concierto en el Museo Regional en donde presentaré una colección de piezas de grandes improvisadores; a finales del presente mes con la compañía de teatro El Farfullero, bajo la dirección de Mauricio García Lozano, presentaremos el proyecto Unos Cuantos Piquetitos en el Festival de Música y Escena en el Centro Cultural Universitario y posiblemente en Querétaro, en el mes de septiembre”.

A pesar de no haber sido invitado a participar en el XI Festival Internacional de Guitarra Querétaro 2007, el graduado del Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México desarrolla proyectos de composición de obras para guitarra de manera constante. Por ejemplo: “me encuentro trabajando al lado del clarinetista Fernando Domínguez, generando un repertorio propio y que esperamos presentar a finales de este año, así como una gira por la Sierra Gorda en donde propongo un curso-laboratorio de improvisación”.

Al ser cuestionado sobre las implicaciones que tiene el arte guitarrístico con la sociedad y la cultura contemporánea, José Manuel Alcántara señaló: “Creo que la guitarra tiene que decirle mucho a la sociedad, creo que se le debe mucho al publico. Tenemos que considerar que para cualquiera de nosotros vernos representados en un escenario desde cualquier tipo de expresión artística es una oportunidad simbólica de reflexionar sobre nosotros mismos”.

- ¿Te consideras un músico clásico o contemporáneo?

- Contemporáneo, comprometido con la realidad y no con lo que debería
ser la realidad.

sábado, 4 de agosto de 2007

En tonalidad de New York mayor



Tantas son las cosas que inspira New York City. Uno de los terrenos más prolíficos es la música: un importante número de autores y compositores se han empeñado afanosamente en rendirle un tributo musical a la ciudad de la zona zero. No con el mismo afan, el siguiente es un humilde ejercicio lúdico-musical para comprender el panorama ético y estético que inspira NY, y ¿y por qué no? adecuar un repertorio para una eventual visita. Como se puede inferir las lista es demasiado versatil, y sin embargo la mayoría de ellas, guardando sus proporciones, tienen un significado indispensable para la carrera musical de los intérpretes y compositores aquí citados o simplemente quieren llevar agua a su molino utilizando NY como referente semiótico. Dejo un indicio de lista de manera abierta -no está en orden de importancia- para contribuciones futuras. El único requisito es que el leimotiv sea New York City. Vale¡

1. New York, New York (por si una no es suficiente) de Frank "Blue eyes" Sinatra. Ya incluye la ecléctica y etílica versión en español de José José (Cascada de luz...)
2. New York State of Mind, de afamado Billy "Sugar daddy" Joel. Muy buena.
3. No hay marcha en Nueva York, de las pocas de develan la otra NY, de Mecano.
4. NYC, evocadora y profunda pieza de Interpol.
5. New York City Boy, de los Pet Shop Boys, para los nostálgicos noventa.
6. Englishman in New York, de Sting, ¡oro puro!
7. Lluvia en Nueva York de Amanda Miguel (¿?)
8. New York City Music, dance jam de Bob Sinclair
9. Luces de Nueva York, o la Historia de una cabaretera que tenía alas de mariposa equivocada, de la Sonora Santanera. Salud.
10. Boy from New York City, de The Manhattan Transfer.
Continuará...

viernes, 3 de agosto de 2007

Transbordador ruta 69

"¡Cómo no va a tener cambio?" pensó. Comenzaba otro miércoles. Recuerda que hace algunos años no había tantos coches. Ahora hay demasiados; tantos autos y él en camión. Record, Record, Record... "¿Cuánto gana un futbolista?", "Gana viejas, pendejo". Se llamaba Capiro, así nomás, sin apellidos. En su vida ya había disparado una pistola, sabía matar un puerco para hacer carnitas y había votado por Madrazo. Su padre lo acompañaba a donde quiera que iba, a pesar de llevar quince años de muerto. Se sabía muchas leyendas de fantasmas, mismas que compartía en noches de viernes con sus tres hijos. También se sabía toda la alineación de la selección nacional, la tabla porcentual de los equipos que estaban en peligro de descender y lo que había cobrado el Nery por irse pa' Europa.
Record, Record, Record... pasaban minutos traducidos en horas antes de perder la concentración en su lectura. /Ya llegamos, bájate/Ahí fue donde operaron a mi tío Juan/¿Bueno? ¿Qué pasó?/ Ya despiertate, Miguel, ya vamos a llegar/ Ya llegamos, bájate/ Y vámonos con esta bonita canción para mis amigas del Salitre.
Solamente le quedaban doscientos pesos libres para terminar la semana. Considerando que era miércoles, apenas le iba alcanzar para acabalar la quincena. Capiro hizo un gesto de enfado cuando definitivamente tuvo que constestar su celular: "¿Qué pasó?... aquí en el Seguro... no, ya no me alcanzó... sale... pero no te vayas a ir... pérame... sí, yo también te quiero ver".
Ese mismo día, pero a las once de la noche, Capiro olvidó el Record en un cuarto del motel Vegas. Su esposa tuvo que llamarle a un vecino para que le ayudara a matar una rata que se le había metido a su casa; Esteban, el hijo más pequeño de Capiro, se había convencido de que quería ser luchador; Jorge, el mediano, cumpliría quince años dentro de ocho días; Mario, el mayor, había conseguido trabajo de chofer de taxibus; el Nery se fue a Ucrania por no menos de 2.5 millones de dólares anuales; Don Julio, el padre de Capiro, hubiese preferido no haber llorado como todas las noches para no prolongar más su muerte, pero no lo pudo evitar. Cuando hubo terminado, Capiro estaba hecho un demonio. Se le había pasado el último camión ruta 69. escuchó un susurro, más parecido a un gemido, detrás de él. No se asustó. Se fue a su casa caminando.

¿Cuánto traes, cabrón?



"No puedo llevarte hasta dentro porque tengo que entregar". No tenía opción. Bajé del taxi, no con buena manera, después de pagar 35 pesos a un chofer imberbe y parco. Estaba a cinco cuadras de mi casa. Las doce y media de la noche y algunos resabios de masa peatonaban entre las calles vacías. Aún no pasaba el camión recolector de basura. "¡Qué culero es el duranguense!", pensé respecto a la música del taxi.
La esquina que forman las calles de Ingenieros y Avenida Cimatario está custodiada por un templo católico, "Parroquía del Misterio de Pentecostés", estructura de concreto y madera prematuramente en vías de descomposición, circundada por malla ciclónica. De noche parece más el ala poniente de un penal de máxima seguridad. Si no fuera por la cruz.
Manchas de grasa, papeles de tacos, bolsitas de gelatina. La acera del lado poniente coleccionaba las primeras reliquias. "Mañana tenía unas notas por entregar, pero no podía darme el lujo de desvelarme otra vez frente al monitor", pensaba mientras caminaba a casa.
Alguien me dijo que la ciudad se mantenía segura a causa de pagar un precio facistoide y represor. Si bien algunos tenían que ser sacrificados, bien valía la pena "madrear" a unos para proteger y condicionar a los demás. Mensaje cínico, claro y contundente, con carácter instituticional de la seguridad pública contemporánea.
"¡Párate cabrón". Una patrulla ciega, sin luces, que circulaba sobre el otro carril, de la acera de la derecha, eructó ese grito garraspeado. Lo ignoré. Siete pasos. La patrulla ya estaba en frente de mi. Observé que había quedado mal estacionada. Dos oficiales de contrastante apariencia -uno alto, viejo, blanco, pelo cano y delgado; el otro bajo de estatura, moreno, pelo encrispado y chicle. "¿Cuánto traes, cabrón?", me increparon. No supe qué decir. Estaba pensando en darles cincuenta pesos que estaban destinados para comprar revistas. Sentí un dolor muy agudo, de judo policial, en mi brazo derecho. La mano del oficial moreno estaba destrozando mi articulación. Mi cara sentía el frío de la malla ciclónica del templo. Las luces de la calle estaban apagadas. Un perro ladraba como a cien metros de donde estábamos.
Mi billetera se atoró de milagro con los botones del bolsillo trasero; me hubiese dolido más perder las tarjetas y credenciales que los ciento cincuenta pesos. Mi mochila cayó al piso después de que me empujaron contra la malla ciclónica. ¿Fueron dos o tres minutos? La patrulla arrancó con un chirrido de llantas. "¡Cuídate, putito!" El bosillo derecho aún contenía las monedas que me dio de cambio el taxista. Pero el izquierdo no portaba más el celular Motorola C261 de $890 que había adquirido hace un año en el Oxxo que está enfrente del templo, cruzando Avenida Cimatario.
Se me secó la boca. Sentí como si sudara mierda y cagara sangre. Ahora yo había pagado mi cuota de seguridad ciudadana. Respiré. Me habían visitado los delegados municipales para invitarme a hacer mi depósito. Ahora, con mi contribución, la ciudad va a estar más segura, pensé. A veinte metros venían caminando dos pandilleros de Los Memos, banda anacrónica punketa de la colonia. Más que miedo sentí un sentimiento fraternal con solo verlos. A ellos les ladraba aquel perro dos o tres minutos antes.
"Fotografía: "Coincidencias", Enrique Servín. De la serie "Árboles Humanos".

jueves, 2 de agosto de 2007

Music in the mood



Los estados de ánimos determinan, para bien o para mal, el tipo de música que queremos escuchar. Si bien a un nivel de delectación podemos utilizar la música como mero impulsor de nuestras actividades, como evocación de recuerdos, para construir nuestro propio soudtrack o simplemente como mero y llano entretenimiento; ahora también podemos ajustarla a nuestro humor, es decir, a nuestra propia tonalidad. Puedes acercarte a una plataforma interesante que sin duda determinará desde nuestra manera de escoger nuestra música predilecta, hasta los sistemas de reproducción de audio, en el sentido de la personalización total. Interesante.

martes, 31 de julio de 2007

Recuerdo de Bergman



Sería imprudente y culposo decir que existen obras trangresoras. El arte es una acción trasngresora per se. Prueba fehaciente de ello fue el sello del séptimo arte de Ingmar Berman, influenciable director sueco fallecido ayer a los 89 años de edad en la isla Farö, en el mar Báltico, lugar donde estableció su residencia en sus últimos años. Según Bergman: "el cine y el teatro son trabajos muy eróticos; hacer películas es un instinto, una necesidad, como comer, beber o amar". Un sello del Séptimo Arte. Requiem.

lunes, 30 de julio de 2007

Culmina la primera temporada de La importancia de llamarse Ernesto.

En el Museo de la Ciudad culminó el jueves 26 de julio la primera temporada de La importancia de llamarse Ernesto de Oscar Wilde, adaptación efectiva y particular de la compañía teatral “Sabandijas del Palacio”, grupo de artistas escénicos convocados por su directora Mariana Hartasánchez, que evocó desde carcajadas, moralejas inminentes, hasta consignas éticas al público asistente.

Desde el mes de abril, La importancia de llamarse Ernesto dirigida a un público heterogéneo, tanto cercanos a la dramaturgia clásica como a los delectantes del teatro joven emergente, se desarrolló en uno de los espacios del Museo en la planta baja, bajo un sutil montaje y una interesante disposición paralela y dual de la cuarta pared.

El grupo de teatro “Sabandijas del Palacio” presentó en la parte actoral a Leonardo Cabrera (Algernon Moncrieff), Miguel Loyola (Lane y Merriman, ambos mayordomos), Bernardo Lira (Juan Worthing), Dulce Mariel Gutiérrez (Gundelinda Fairfax), Carlota Dessire (Cecilia Cardew), el experimentado René Barragán (Reverendo Casulla) y la misma Mariana Hartasánchez (Lady Bracknell) quien también desarrolló el trabajo de dirección.

Una obra con un título poderoso y referencia histórica inmediata del teatro clásico romántico podría suponer una garantía gratuita de éxito. La obra más exitosa de Oscar Wilde, sin embargo, exige trasladar la visión ética y social de los personajes y su discurso al contexto del espectador contemporáneo. Un enredo amoroso plagado de anacronismos y de confusión por la identidad de los personajes masculinos deviene en una comedia perfecta. El reto es tomado por Hartasánchez, presentando una producción modesta en recursos pero rica en diseños, simbolismos, un vestuario puntual y un juego lúdico-estético atractivo.

Es de resaltar el trabajo multinstrumental del maestro Fernando Montes de Oca, encargado de la improvisación musical y de las piezas a manera de score. Tanro ejecuta la guitarra, como flauta, violín, canto, y uno que otro cameo diminuto. La propia Hartasánchez se muestra como una contralto dulce que congenia con el agudo personaje de Lady Bracknell.

Las restricciones del lenguaje delatan una problemática de traducción: el elemento cómico de la obra radica semánticamente y fonéticamente en la palabra Earnest, que quiere decir serio, formal, y Ernest, el nombre de Ernesto. No obstante, la frivolidad y la emotividad que le imprimen los actores a los personajes masculinos, Moncrieff y Worthing, encarnan una doble personalidad lúdica y con intereses amorosos efervescentes.

En el montaje se juega con la simetría del escenario. La imaginación explota cuando los actores trasgreden la cuarta pared e incursionan en la dinámica de la obra: personajes que se asoman al público y delatan verdadera personalidad ante el espectador testigo, confidente y delator. Un marco rectangular dorado pende de las bambalinas y hace las veces de espejo y de ventana. Dos sillas de herrería moderna contrastan en color sobre el fondo blanco de tela y en estética con el discurso, la temporalidad y el vestuario de los personajes.

Un interesante duelo actoral se lleva a cabo hacia el último acto cuando Gundelinda y Cecilia desentrañan el fraude nominal de sus dos pretendientes. Enfundadas en sus personajes, Dulce Mariel Gutiérrez y Alejandra Chacón, respectivamente, tejen un discurso morfológico y cómico rico en expresividad. Raya intencionalmente en lo frívolo, lo que incrementa al trabajo escénico una exigencia mayor de doble filo. Pero el discurso del texto se mantiene intacto mientras los personajes se destrozan.

Aunado a la originalidad y dinámica de los diálogos de origen wildeano, Hartasánchez realizó un gran número de adecuaciones de temporalidad y contexto lingüístico que surtieron efecto. Incluso hay referencias inmediatas a la misma Universidad Autónoma de Querétaro, lo que provoca una plena identificación con el público y los actores.

Incursiones coreográficas de jazz hacia el final de la obra permiten que Hartasánchez cierre a manera de musical, ya no como una parodia a Broadway, sino como una experimentación escénica más cercana a la interdisciplina artística. En realidad, se nota que los actores y la misma Hartasánchez, con nombres de frecuente aparición en dramaturgias intensas y ácidas, tomaron un respiro y decidieron divertirse consigo mismos y con el público.

Algunas dificultades de isóptica, principalmente para la parte alta de los espectadores, quienes tenían que levantarse para mirar a los actores en el piso y cerca de las gradas, y al momento de la admisión, más por la cantidad de gente que quería ver la obra que por problemas de acondicionamiento, la adaptación de La importancia de llamarse Ernesto a cargo del grupo de teatro “Las Sabandijas de Palacio” merece una temporada más para gusto del público que quiera refrescarse con teatro divertido, inteligente e ingenioso.

Ya se anuncia una segunda temporada para el mes de agosto. Se prevé también el estreno de una nueva obra para el día 8 del mismo mes. El grupo de Hartasánchez, por lo pronto, ya ha logrado definir un discurso actoral y dramatúrgico propio, lleno de intensidad y apegado a la exploración de la creatividad escénica contemporánea.

domingo, 29 de julio de 2007

Fragmentos del Contrataller.

1. Escribir es un proceso de enceguecimiento del autor, quien es guiado por los ojos de sus creaciones.
2. Los sueños son los ensayos de la muerte; escribir es un ensayo que desafía a la muerte.
3. No importa lo que cuentes, sino la forma en que lo cuentes.
4. Tu público comienza a reconocerse en el contacto con tus obras. Tu obligación es conmoverlo.
5. La academía y el entretenimiento están moribundos.
6. La rigidez de los márgenes impide las buenas influencias, de allí que los talleres de literatura sean obsoletos.
7. Un buen escritor es el que hace lo que le dicen; el mal escritor es el que impone su decir.
8. La poesía no solamente está en el lenguaje sino en la situación.
9. Never tell, never complain. Mientras te quejas podrías estar escribiendo o leyendo algo.
10. Hagas lo que hagas que sea inteligente, creativo y sencillo.

Centro Histérico en potencia (tercera y última)

En contraparte, Agustín Escobar declara que “el reglamento del INAH establece que la persona en quien recaerá el poder jurídico para firmar licencias, criterios y dictámenes para la modificación o restauración de monumentos o edificios, es el Delegado o Director de ésta instancia en su ramo federal o estatal. Sin embargo eso ha sido letra muerta en la administración del antropólogo Diego Prieto Hernández al frente del INAH Querétaro. Más bien ha sido comparsa de los intereses de los poderosos y los gobiernos estatal y municipal que le han dado prioridad al turismo sin importarles pasar por encima de los reglamentos de la UNESCO, uno de ellos, el referente a que las llamadas ciudades Patrimonio de la Humanidad deben conservar culturalmente los usos y costumbres del lugar”.

De manera contrastante con lo afirmado por el director del INAH, en la construcción del Gran Hotel, propiedad de la influyente familia Torreslanda, que cuenta con la autorización 0703/05 y 190, del municipio y el INAH respectivamente, citada por Ruiz Posada, Portal Bueno, de Plaza de la Constitución, “se perdió porque Diego Prieto no hizo nada y el presidente municipal en turno tampoco, los particulares del gran hotel lo quitaron, era de los pocos portales que quedan en esta área, ahora está en manos de Harrys bar y del Gran Hotel”, asegura el urbanista.

Como este, otros inmuebles situados en el perímetro A (el principal de tres perímetros que acotan el área de protección de la Zona) corren el mismo riesgo, como el caso del inmueble marcado con el número 13 en la avenida Benito Juárez se planea la construcción de un restaurant de la cadena Sanborns.

Diego Prieto reconoce que cuando la mancha urbana cede ante el sector comercial, el Centro Histórico “empieza a vivir situaciones de descomposición social donde eventualmente puede incrementar la delincuencia”, pero esto no implica –según Prieto- que la capital del estado tenga que prescindir de los usos comerciales que ahí se ofertan, “en primer lugar, porque los mismos habitantes del Centro necesitan hacer adquisiciones y compras, por lo tanto necesitan un determinado número de servicios; en segundo lugar, porque esos mismos habitantes requieren de esos servicios; y en tercer lugar, hay otros usos que un Centro Histórico debe tener, entre ellos el uso simbólico urbano, social y cultural”.

- ¿El INAH ha tenido que ceder ante las presiones que usted se refiere?

- No hablaríamos de ceder porque el INAH no está en plan de ceder. El INAH está en el plan de hacer valer la legislación en lo que nos corresponde.

Sobre el futuro del Centro Histórico, Ruiz Posada aventura una realidad: “Todos están montados en el negocio mientras la zona monumental está desprotegida. Hay un famoso Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN) que supuestamente está haciendo proyectos de planeación, pero yo veo tiempos muy difíciles para la zona monumental, o sea, si se tiene un funcionario como Diego Prieto, si Jaime Font, director de Sitios y Monumentos Históricos de la Secretaría de Desarrollo Sustentable, nada más está en la parafernalia de la restauración y los dineros, si el presidente municipal de Querétaro, Manuel González Valle, de esto no entiende y pone a un patán e ignorante, venido de chilangolandia (sic), que se llama Vicente Suárez de Miguel (director del IMPLAN Querétaro) , que no entiende que el maquillaje, como los macetones de plástico de colocaron en las principales plazas del perímetro A, no sirve para la zona monumental, lo que se necesitan son obras consistentes, repito, el drenaje y otras atribuciones que se tendrán que hacer con las vialidades. Yo creo que el deterioró seguirá creciendo como hasta ahora”, concluyó.

En la fotografía la esquina de Juárez y Pino Suárez. El Oxxo que se observa fue construido en tiempo record: ¡un mes! Enfrente, cruzando Plaza de la Constitución, se encuentra otro Oxxo, por si este no fuera suficiente.

Diablo Guardián, de Xavier Velasco.

Se ha escrito mucho en torno al Diablo Guardián de Xavier Velasco, y sin embargo siempre queda más por decir. Acreedor al premio Alfaguara 2003, Velasco narra y se explaya a través de sus personajes: Violetta, Pig, Nefastófeles, Saks (quien tambián funge como personaje diegético). No niega que su narración haya estado permeada desde el principio de un tufo autobiográfico evocador y vanguardista. De hecho pertenece a una tradición literaria formal y mexicana, con altos vuelos.
La novela en sí sabe aprovecharse del lector, las sorpresas quizás son predecibles y coquetean con una inminente parabola cinematográfica gringa, pero se consagra en el momento en que Velasco le pierde el respeto a los personajes y los deja decidir el eje dramático. Se nota en el recorrido de la lectura que el personaje decide por el escritor, cobra vida y abre la polémica: ¿es ineluctable que la obra trascienda al autor? o por el contrario ¿son instituciones inseparables y concebidas una de la otra? Un amigo sociólogo me comentaba que Xavier Velasco no es una persona que le de gusto conocer, "me cae muy mal porque es un tipo chocante, arrogante y de la clase intelectualoide mexicana que se creen con atribuciones deidificantes". Sin embargo no conoce la obra de Velasco. Considero que la obra está separada del creador, tiene vida propia y no podemos definir a la obra a partir de su autor. Diablo Guardián tiene mucho de eso, es inegable la petulancia -que me da igual- de Velasco cuando tiene oportunidad de compartir espacios televisivos con Nicolás Alvarado, et. alt. La obra entonces cobra dimensión y se desprende del autor, cobra vida propia y se hace patente en la realidad paralela del universo creativo. La muerte del autor y la inmortalidad de la obra, Violetta desecha con sus mismos recursos a su autor. Es interesante imaginar en qué categoría colocaría Violetta al mismo Xavier Velasco.
Está de más recomendar la obra. Narrativa con efervecencia violenta, predecible por momentos y con chistes algo anacrónicos pero efectivos -la historia se desarrolla en la década de los noventa, interesante disposición narrativa, hilo dramático eficiente que respeta la integridad del juicio del lector, un final rosa que contrasta con la acidez de su protagonista, pero que favorablemente contrasta sin perder verosimilitud. Leerla implica poner indefinidamente un cd de Iggy Pop y esperar encontrarse con casualidades generacionales propias ¿aja?

Centro Histérico en potencia (segunda parte)

En contraste con el Centro Histórico de hace diez años, el actual ya no es destino definitivo, sino más bien ruta de paso, según afirma Ruiz Posada: “En primera la zona está vapuleada por un fenómeno que se llama tránsito de lanzadera: personas que tienen que cruzar la zona monumental sin tener un origen ni destino en el viaje; en segunda, la zona está asfixiada por los vehículos, muchos burócratas y trabajadores acuden a esta área y dejan su máquina ahí, por ocho o diez horas; por último, en el perímetro A de la zona de monumentos no debería haber estacionamientos, pero tenemos el caso del estacionamiento de Plaza de la Constitución, que el entonces presidente municipal, Armando Rivera Castillejos, concesionó a un particular en vez de haberlo conservado para el municipio”.

Tanto Ruiz Posada como Escobar Ledesma coinciden en que el principal culpable, además de las erradas políticas del Gobierno Municipal, es el director del Centro INAH Querétaro, el antropólogo Diego Prieto.

Cuestionado en torno a la responsabilidad que comparte con el gobierno municipal de Querétaro, Diego Prieto asegura que tanto el INAH como el municipio “tienen un papel muy particular para la aplicación de la convención internacional” encargada de la protección del patrimonio mundial. Reconoce que se han recibido recomendaciones respecto a la protección del patrimonio de la humanidad, por ejemplo, la incorporación del cableado, así como la prestación de servicios en la vía pública.

Para contribuir al crecimiento y a la modernización del Centro Histórico. Diego Prieto asevera que es necesaria “una articulación institucional para prever las ventajas y los riesgos que enfrenta el Centro Histórico, que pueden afectar los bienes del patrimonio”. Asegura que “el corazón de la ciudad crece a ritmos muy acelerado, por lo tanto recibe una serie de presiones de carácter económico, social, urbanístico, inmobiliario, turístico y también de orden simbólico” las cuales son confrontadas por el mismo INAH.

A propósito de las concesiones que otorga el INAH para uso de suelo comercial en la Zona de Monumentos del Centro Histórico, Ruiz Posada señala “A partir de 1995 en que Diego Prieto Hernández llega a la dirección del Centro Regional INAH Querétaro, la ciudad padece otro problema puesto que Diego autoriza todo. La destrucción de la ciudad nadie la para. Lo más reciente es la demolición de la casona que durante décadas albergó a una vecindad, en Pino Suárez 11 del Centro Histórico en la que, bajo la justificación de “Regularización y ampliación” se está construyendo un hotel, dejando únicamente la fachada. La obra está avalada con las licencias 0703/05 y 190, del municipio y el INAH respectivamente. El predio no cuenta con el cambio de uso de suelo y los vecinos, quienes no fueron tomados en cuenta por ninguna autoridad, temen que el nuevo hotel les genere más problemas de los que ya existen porque el Ayuntamiento no hace estacionamientos públicos y las calles del centro se han vuelto intransitables. El cambio de uso de suelo está a la disposición del mejor postor”.

Cuestionado a partir de las observaciones de Ruiz Posada, Diego Prieto niega cualquier tipo de ingerencia en la entrega de licencias que cita el urbanista “no se de qué concesiones se refiere, el INAH no tiene absolutamente ninguna atribución para la entrega de licencias de uso comercial. Otorga licencias de autorizaciones para la realización de obras de restauración, de adecuación, de conservación de los inmuebles, siempre tomando en cuenta las recomendaciones de las instituciones competentes”.

En la fotografía Diego Prieto, director del INAH en Querétaro.

sábado, 28 de julio de 2007

Los compañeros de viaje.


Para Gustavo Ott, Lucho y la gente que va conmigo.

O lo que en palabras de un célebre dramaturgo venezolano sería el poder de la influencia. Nos proporcionó a su tiempo una palabra casi imposible de pronunciar para los que no hablamos alemán: wahlverwandshaft, que lejos de su etimología estricta remite directamente a los compañeros de viaje. Todo proceso creativo -decía Francisco Núñez- implica necesariamente una parte eminentemente emanada de la influencia. Cada fragmento de nuestra creación estará condenado a llevar un atisbo de esa influencia que con o sin intención hemos elegido para que nos acompañe en el sendero de la creatividad y la imaginación. Palabras, escalas, barridos, saltos, estructuras... sin importar la disciplina, todo al final de cuentas se permeará de esa influencia, una manera humilde e inteligente de concebir a un maestro. La influencia no implica copiar, sin embargo. Es un compromiso ético del creador consigo mismo y con su obra que le apuesta a la dramática propia, sea en la disciplina que sea. La influencia implica conocimiento propio, atrevimiento por conocer la vida de otros con los otros, la investigación para la obtención de información que generen recursos y la vuelta a los grandes maestros, que ya implica de por sí un reto restrospectivo moral y ético, ya no simplemente por una llana necesidad creativa, sino por el carácter intríseco que tiene la historia sobre la obra del creador.
La palabra originalidad generalmente suele utilizarse en los contextos de unicidad y vanguardia; al contrario, la originalidad es la necesidad imperiosa de regresar al origen (se obvia desde la raiz) y despachar nuestras virtudes a la confrontación de la historia, lejos del canon cataloguista. Por lo tanto, la influencia de un inminente encuentro con la historia no impide la originalida, te lleva a ella. Los maestros -decía Ott- están peleándose por ti cada vez que entras a la librería, por ejemplo: ¡Hey, acá estoy, llévame contigo! ¡Hey, tengo algo que contarte!
Aquella mañana del 20 de julio Gustva Ott fue tajante: ¡Vayan y encuentren maestros! ellos serán sus compañeros de viaje. A mí no me gusta viajar ligero por "la vida" (alguien sabrá entender esas comillas), cargo con mis compañeros de viaje a todas partes. Desde aquel 20 de julio ya necesitamos, mis maestros y yo, andar de la mano.
Fotografía: Piet Corr "Allan Moore con máscara 2001"

viernes, 20 de julio de 2007

Los Caprichos de la Carne se revelan

“Los Caprichos de la Carne”, obra teatral escrita y dirigida por Martín Zapata, “se gestó a partir de un trabajo conjunto entre el dramaturgo y actores los actores, quienes a manera de colectivo, desarrollan el resultado que se produce en escena”. Dicha obra forma parte de la Quinta Muestra Nacional de la Joven Dramaturgia 2007, evento auspiciado por el Instituto Queretano de la Cultura y las Artes.
Desde los linderos de la creación, Zapata reconoce la ruta creativa que persigue “Los Caprichos de la Carne”: “escribo desde un inicio para la puesta en escena, para explícitamente dirigir la obra”, permeando el montaje con un gran conocimiento de la obra por parte de Zapata, recurso utilizado por lo menos por tres dramaturgos más.
“Los Caprichos de la Carne”, obra dimensionada en tres actos, consigue el acercamiento saturado a polaridades emocionales, aparentemente contradictorias e irreconciliables: lujuria y odio, pasión y rencor, celos y deseo… el dramaturgo, consecuentemente, insinúa una obsesiva fijación por el amor triangular, sin embargo, reconoce que “su gestación se dio de manera casual, a partir de la trama”, por lo tanto no se presenta la temática del amor triangular premeditadamente.
“¿Y cómo fue la primera vez?”, frase detonante de un proceso catártico que pasa de boca en boca de cada uno de los personajes, donde el trabajo de dirección del mismo Martín Zapata desde el escenario la define como “una obra que tiene como sentido rector la catarsis”, a partir de la correlación ácida y autodestructiva que desborda la actuación.
La última entrega del también autor de El insólito caso del Señor Morton, planeta una especulación tridimensional: la estética, la patología y la imaginación, que a la vez permea el amor melancólico y vulgar en el drama: “no fue una cuestión conciente, creo que desde que comienzo a escribir y la obra se dirige hacia ese destino, no me propuse hacer una relación entre la estética y la pornografía, más bien la obra se dio así”.
Tres actores con escenas avivadas, impregnadas con un instinto vanguardista latente desde la cuarta pared, desbocan desnudos agresivos y violencia carnal, todo como consecuencia oportuna que se permitió el dramaturgo guerrerense: “no dejé censurarme a mí mismo, la obra siguió un rumbo y degeneró en esto”.
Sin ánimos de pretender una reflexión intermitente en torno a la elegante provocación que espeta “Los Capricho de la Carne”, la tónica escénica la marca el trabajo de resonancia creativa entre actores y directores. Según Zapata: “los actores son alumnos míos desde hace muchos años, después nos hemos hecho amigos antes de trabajar la obra, pero esta siempre fue creada en resonancia y constante comunicación con ellos”.
Posterior a la presentación del montaje y en plena postura autocrítica, Martín Zapata reconoce que “falta fortalecer elementos como el texto, sin embargo no concibo el montaje como la etapa final, sino más bien como el principio de una segunda etapa de maduración”.
Apostando a una sensibilidad actoral lacónica, pero desinhibida y febril por parte de los actores Manuel Domínguez, Zazyl Anguiano, Horacio Trujillo y Paula Comadurán, nuestro entrevistado declara: “lo que nos propusimos fue detonar profundidad emocional con el menor recurso externo, eso generará emociones más profundas y expresión interior de los actores”.
Al respecto, el actor Manuel Domínguez, interprete de Ernesto, manifiesta su satisfacción por “la recepción amplia por parte del público, siendo esto un acierto de la obra que coquetea con la pornografía pero no colisiona con lo efímero de esta”.
Asimismo, hablando desde la vertiente escénica, Domínguez destaca el perfil de los personajes: “la psicología, sus arraigados problemas personales, el sexo ascéptico para calmar distintas inquietudes”. Por lo tanto –arguye Domínguez- la obra de Zapata es demandante para el actor, exige “poner mucha atención por lo peligrosa que es, el texto tiene una estridencia tremenda, por lo tanto actoralmente requiere de un carácter preciso para no manchar más el texto”, concluyó.
* Fotografía: Antonio Gesmundo, "Elena no. 1"