lunes, 17 de septiembre de 2007

Julieta Márquez y sus livianas chejovianas




"Livianas Chejovianas”, proyecto de adaptación teatral desarrollado por la artista escénica Julieta Márquez, acreedor al estímulo del Programa de Apoyo a la Producción Artística del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes (IQCA), tratará de presentar la naturaleza y condición humana desde visiones teatrales a través de cuentos de Antón Chejov dirigidos al espectador joven.
La intención inicial, según la actriz formada en el Foro Teatro Contemporáneo, “es llevar a escena inicialmente tres cuentos de Antón Chejov, “El Contrabajo”, “El Gordo y el Flaco” y “La muerte del funcionario público”, desde un lenguaje más adecuado que llegue a los jóvenes”. Abundó: “he visto diferentes esfuerzos teatrales que se empeñan por llegar al público joven; sin embargo, al utilizar lenguajes escénicos complicados, los jóvenes pierden ese interés por el teatro, se desencantan y no se acercan”, detalló.
Aburridos, incompresibles, demasiados prejuicios que se gesta en el espectador joven por el hecho de tratarse de autores clásicos. Márquez revela: “lo que buscamos con este proyecto, que incorpora a Uriel Bravo en la dirección y a Manuel Puente en la actuación, es utilizar lenguajes que sean divertidos, ágiles y accesibles para permitir otro acercamiento a la obra de Chejov, presentando obras con temáticas sociales y cotidianas, con inclusiones directas de la condición humana”.
Entre los nombres de Dostoievski, Tolstoi, Pushkin, Gogol, ¿por qué se eligió a Antón Chejov? Nuestra entrevistada reconoce: “además de ser su admiradora, lo elegí porque es un escritor canónico que marcó la pauta para muchos otros creadores de la literatura y la dramaturgia, desde sus temáticas cotidianas, por su lenguaje aparentemente simple y por el sentido de concreción en sus textos no lo tienen otros escritores”.
Actriz de a obra “Muerto El Perro...”, reveló que la “Livianas Chejovianas” significó un gran reto en su adaptación: “a primera vista podrían tratarse de anécdotas sencillas, pero al adentrarte al texto, al releerlo, al verlo, te das cuenta de que hay algo que te está invitando a penetrarlo de otra manera. Desde la primera vez que leí a Chejov me causó un estado de fascinación, que llegué a decir ¡qué fue lo que leí! y eso es lo que busco trasmitir en el escenario”
La autora revela que este proceso de proyección de “Livianas Chejovianas” comenzó desde hace siete años: “yo sabía que había algo en los cuentos que aún no lograba entender, con el correr de los años comencé a configurar otras lecturas de los textos, indagando en la multiplicidad de puntos de vista y de lectura. Habrá gente que lo toma como un relato humorístico, habrá gente que logre desentrañar al texto y lo haga suyo”.
Actriz protagónica del circuito teatral queretano, Julieta Márquez reconoce que las opiniones de sus colegas en torno a las “Livianas Chejovianas” a un principio fueron obviedades, con base a los numerosos montajes anteriores del escritor ruso: “me decían: vas a montar El Oso, La Dama del Perrito, entre otros cuentos que se han montado constantemente desde hace muchos años”. Sin embargo, destacó que no siguió la línea tradicional de adaptaciones chejovianas.
Así, “Historia de un Contrabajo”, drama azaroso en torno a una desafortunada decisión del protagonista; “El Gordo y el Flaco”, disgregación clasista que evoca la separación social de los estados modernos; y “La muerte del funcionario público”, cuento que transgrede la situación espacial y temporal de la muerte y las vicisitudes cortesanas de la cotidianidad aparentemente real, son los cuentos que inicialmente conforman “Livianas Chejovianas”, con miras a ampliarse con tres cuentos más, según Márquez.
En un trabajo de adaptación tan arduo y complejo, para la artista escénica “definitivamente es el personaje la entidad donde centra más mi esfuerzo, por lo que nos dice, lo que siente, lo que sufre, lo que anhela, por cómo nos muestra los diferentes rostros y cómo nos invita a desentrañar que hay detrás de ese rostro que vemos, qué hay entre las líneas del texto a partir del personaje, por sus acciones y sus reacciones, además por su identificación con la naturaleza humana”, detalló.
Al respecto de la escasa presencia femenina en las actividades teatrales de nuestro estado, Julieta Márquez atajó: “el hecho de que no aparezcan nombre de mujeres en los eventos, como en el caso de la Muestra Nacional de la Joven Dramaturgia, no significa que no estén trabajando, yo conozco a muchas mujeres escenógrafos muy importantes en la Ciudad de México”. En nuestra ciudad reconoció que, tras estar dos años fuera de nuestra entidad estudiando dramaturgia, “no podría decirte exactamente cual es la situación con el teatro producido por mujeres, pero se de mujeres que son coreógrafas, escritoras, etc. en general la mujer ha ganado mucho terreno, a pesar de las actividades que por ser mujer te ves obligada a hacer”.

A propósito del género en las artes, declaró que “aún es mal visto que una mujer se desempeñe al teatro y que se dedique a las artes” sobre todo cuando tiene hijos. Citando al director teatral Ludwick Margules, refirió “los hijos de los actores son muy egoístas, quieren comer tres veces al día ¿cómo se les ocurre?”

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