lunes, 28 de mayo de 2007

Dos escritores secretos de Alejandro Toledo.

Alejandro Toledo presentó aquí en Querétaro, el pasado jueves 24 de mayo, su más reciente trabajo editorial Dos escritores secretos, una compilación compuesta de trece ensayos sobre los escritores mexicanos Efrén Hernández y Francisco Tario, del Fondo Editorial Tierra Adentro, en un café frente al Museo de la Ciudad en la Calle de Guerrero. Una presentación que devino en charla y a la que solamente asistimos no más de seis personas; eramos los que estábamos, pero estábamos los que teníamos que estar.
Enfático, Toledo afirmó que Dos escritores secretos no pretende “crear monumentos a Efrén Hernández ni a Francisco Tario, sino que la obra de estos escritores secretos y raros encuentre lectores que los quieran explorar, que se sientan atraídos por una literatura diferente y particular emanada en nuestra nación”. Esta ambición constituye para el autor un buen riesgo: “se trata de que las obras de Hernández y Tario sean necesariamente leídas”.
Dicha presentación consistió en la reflexión en torno a los textos que se ofrecen dentro de la compilación de Dos escritores secretos, donde a decir del compilador “se puede apreciar incluso el carácter extraño y raro de los dos escritores mexicanos”. Para Toledo, se trata sobre todo de “compartir descubrimiento de dos escritores mexicanos que han sido poco valorados en el espectro literario nacional y que sus obras circulen; no busco que se les rindan homenajes oficiales sino que sepamos que existen”.
Una presentación de libro que devino en charla entre el autor y los asistentes, fue el marco para un debate sobre las aportaciones literarias de Hernández y Tario, pero también para el descubrimiento de similitudes y divergencias entre los dos escritores mexicanos a los cuales están dirigidos los textos elaborados por trece ensayistas jóvenes de distintas latitudes de la república.
Toledo destacó la principal característica que define a los escritores raros, de la misma categoría de Hernández y Tario: su escasa producción literaria que, sin embargo, delata su genialidad. Y puso de ejemplo a Juan Rulfo, “quien con solo dos libros desistió de ser una figura intelectual permanente; quizás en caso contrario habría escrito solamente libros malos”.
Los ensayos reunidos en Dos escritores secretos tienen un doble objetivo: fomentar el estudio del estado del arte de la literatura nacional y fomentar la producción literaria ensayística de escritores jóvenes mexicanos. “Se trató de extender una invitación a compartir puntos de vista sobre los diferentes enfoques creativos que ofrecen Hernández y Tario. Los ensayistas se mostraron agraciados de dicha invitación y respondieron con un buen trabajo que ahora el lector tiene en sus manos”, refirió Toledo.
Reconoce que al plantear la creación de la compilación a los ensayistas jóvenes “fue muy bien recibida la propuesta. A los que contribuyeron con la obra les gustó haber tenido un contacto literario con Efrén Hernández y Francisco Tario”. Pero además, por la forma en que se conformó la compilación, el autor destacó dos funciones que desarrolló dicho proyecto: “por un lado el que los escritores tengan conocimiento de las sociedades literarias que se reúnen en torno a un autor. Por otro, el que los jóvenes ensayistas descubran que muchas veces los escritores menos conocidos son los más interesantes”.
Lejos de la mecánica que supone una presentación de libro, esta presentación desistió de contar con panel, moderador y un gran foro, para convertirse en un diálogo entre autor y asistentes, construido a partir del libro. Para Toledo en esta presentación la forma fue fondo: “los mismos Hernández y Tario promueven ser leídos por públicos muy selectos, que aspiren a tener una experiencia literaria diferente y que no necesariamente se cuenten por cientos, no tratamos de que se lectura sea masiva sino adecuada”.
Autor de James Joyce y sus alrededores (2005), Alejandro Toledo declara que “para la mayoría de los críticos literarios le cuesta mucho entender los trabajos de escritores raros, como en el caso de Hernández y Tario. Frecuentemente este tipo de escritores son tachados de escritores menores, dado que no se adaptan a loas formas literarias típicas como la novela, la poesía y el relato, sino todo lo contrario”.
Sobre los perfiles de los Dos escritores secretos el autor destaca que: “los escritores raros presentan generalmente una rareza en su escritura pero también en su personalidad y figura pública. Efrén Hernández era muy carismático, amable y simpático, incluso contaba con un círculo de seguidores, a pesar de su escritura transgresora; en contraste Francisco Tario siempre se mantuvo distante de todo contacto público, no presentó ningún libro ni otorgó ninguna entrevista”.
Los criterios que utilizó Alejandro Toledo para la selección de los ensayos no constituyeron un trabajo de selección estricto. “A partir de la invitación a los ensayistas los textos fueron surgiendo y como me llegaban fueron incluidos, no hubo una selección de material”. No obstante destacó que “traté de que no se repitiera la temática de los textos, algunos escribieron sobre poesía, otros sobre narrativa y algunos otros sobre los aforismos de Hernández”.
A partir de la lectura de los ensayos se advierte en primer lugar un interesante valor pedagógico para el estudio y análisis literario, según la interpretación de los textos que cada ensayista aporta. Alejandro Toledo no soslaya la posibilidad de que los mismos ensayos reunidos en Dos escritores secretos constituyan una contribución importante para el estudio de la literatura nacional desconocida o infravalorada: “creo que cayó bien a los ensayistas una interpretación particular de Hernández y Tario, constituye una forma de revelar alternativas creativas ante los modelos literarios impuestos a partir de la escritura misma, pero el mayor beneficiado es el lector quien tendrá la oportunidad de acercarse a la obra de dos genios de la literatura poco valorados”, concluyó.

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