sábado, 28 de marzo de 2009

Intro mix


"No wey, ese wey llevaba cinco minutos, llegó quemado dos veces...", increpaba el chofer al checador quien, desde el otro lado del estribo, lanzaba una mirada al chofer como diciendo "yo soy el que está debajo del camión". No se daban cuenta que, a pesar de ser las nueve y media de la noche, en el metrobús viajábamos siete personas. La noche de jueves no era tan fría como lo advertía la chica delgada del clima: "Abríguese, para la noche habrán rachas de viento polar...". Dictadorzuela.
El silencio previo al movimiento de nuestra nave fue aniquilado por la súbita presencia de un vendedor-microempresario. Un ejemplar que desafíaba los postulados más sofisticados de la imagen comunicativa y la persuasión de ventas. El medio es el mensaje. Habló: "Buenas noches damas y caballeros, en esta ocasión les venimos presentando la última colección musical Música nostálgica del recuerdo, 120 éxitos con los mejores temas que usted conoce". El camión dejó tras de sí la imagen paupérrima del checador.
El vendedor era un hombre alienado. Tras de su espalda colgaba una pequeña mochila que hacía las veces de caparazón. Emitió un sonido. Milagro inesperado del ingenio urbano: la mochila portaba una bocina y un reproductor de cd-mp3 portatil. Play y fsss...bep, bep, para subir el volúmen. Intro mix: "Adiós amor, no se puede continuar.../Y volvereeeeeeee/Día con día los meses se van, no se ni cuando ni como.../C-c-c-cómo te extraño/Pssssss/Shumshumshum/Quiero dormir cansado, para no pensar en ti.../Dí, dí porqué, nos dijimos adios.../Hay luto en mi alma.."
El chofer sonrió. La señora que iba sentada detrás de él sonrió. Sus vecinas de asiento sonrieron y dijeron algo que no alcancé a percibir. La mujer que viajaba en el asiento paralelo a mí sonrió y buscó dinero extra para una posible compra. Quizás alguien lloró por el inminente ataque de (a la) nostalgia. Me consta que alguien comenzó a cantar, pero en voz leve. "Hipocreciaaaaaa, morir de sed teniendo tanta agua/Aquí en mi corazón, llevo una herida cruel, que no podrá sanar, nunca jamás/Do-do-dolor/Ay amor divino, pronto tienes que volver" y más FSHHSHSHSH. Destellos y vértigos sonoros, furia hi-fi. 120 éxitos: "todos en formato mp3, la máxima calidad en sonido, ahora a un precio súper especial: diez pesos solamente". El vendedor ya se había fastidiado de haber reproducido el mismo intro mix por cerca de trescientas veces.
"¡Dáme uno!", dijo un señor que viajaba detrás de mí. Su tono era como si lo estuvieran forzando a comprar el maldito disco. Yo seguía en mi empeño por retirar los residuos rojos empotrados bajo mis uñas de la mano derecha (suelo traer las uñas de la mano derecha más largas que las de la izquierda). La sangre seguía siendo espesa. "¿Cómo que emepetrés?" cuestionó inquisitoriamente una señora, no menor a los cuarenta años. "Pus sí, emepetrés...lo que pasa es que caben más canciones así", atajó el vendedor. "O sea ¿si lo meto en mi grabadora se va a oir?", insistió la señora. "Pero sólo si dice emepetrés" dijo el microempresario, emulando miméticamente la leyenda MP3 en un reproductor imaginario.
Harto de ellos, opté por echar una mirada improvisada por la ventana, solo para recordar de dónde venía y a dónde iba. Decidí pensar en la diferencia entre causa y consecuencia..."Si no lo lee me lo cambia por un normal", siguió la señora, quien ya se preparaba para bajar en la siguiente esquina. "No hay bronca, todos los devedé leen emepetrés", sentenció el hombre bocina, mientras José José daba ladraba la palabra almohada.
¿Cuánto podía ganar vendiendo discos pirata en los camiones, como lo hacía el hombre bocina? A diez pesos cada uno. Miré de reojo los zapatos del vendedor. No sé si sentí ganas de llorar o de golpearlo. El oído derecho comenzó a zumbarme nuevamente, no obstante mis piernas habían dejado de temblar. El camión llegó a los arcos. El vendedor había dejado de sonar las inmundicias baladas hechas mierda por grupos nostálgicos del recuerdo. ¿Sabían esas personas quiénes eran Electric Light Orchestra, Nazareth, Leo Sayer...? Los zapatos del vendedor se habían esfumado junto con su dueño y su música nostálgica del recuerdo. Yo me bajé más adelante. El autobús me escupió y salió rugiendo. Antes de dar tres pasos más encendí un Delicado. Fumé mientras recordaba la tonalidad de una canción de Rigo Tovar que tanto le encantaban a las putas de ese lugar. Había llegado temprano al día más desgraciado de mi vida: el día posterior de haber matado a alguien con mis propias manos. Se hacía rápidamente tarde.

lunes, 4 de agosto de 2008

Siete diciembre Siete

Lo que te puede cambiar la vida también te la puede arrebatar. Y se van al carajo todos tus aforismos, refranes y promesas de plástico. Se van con ellos tus prejuicios, tus más sagrados descaros y tus más íntimas inquietudes: estar tendido en el suelo, con un chorrazo de sangre saliendo de tu cabeza, en contra de tu voluntad suele ser trascendente. Pero aquí no ha pasado nada. La vida (a lo que yo le llamo Vida) me tiene aquí, sin presentimientos; quizás ahora me caiga un avión encima mientras escribo estas líneas. La voluntad de un Volvo S40 color verde olivo, con placas para el Estado de México sucumbio a mi necedad, mi tosudez, mi descaro por ser y estar. Y sigo.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Aniversario del Museo de Arte de Querétaro



El Museo de Arte de Querétaro, inaugurado el 22 de septiembre de 1988, celebrará el próximo 20 del presente su aniversario número XIX, “con una serie de eventos conmemorativos, entre ellos la presentación del libro “Esplendor de la Arquitectura Novohispana” tomo II, del documentalista y escritor Sarbelio Moreno Negrete, así como una exposición colectiva en torno al aniversario”, afirmó la artista plástica Marcela Herbert, directora del recinto.

Se trata, ante todo, “de reafirmar al Museo de Arte entre los más importantes museos del el país porque sabemos que lo es, por su arquitectura barroca del siglo XVIII, su complejidad en la estructura y por la obra novohispana que congrega en sus diferentes salas, y las múltiples exposiciones de todos los estilos y propuestas ahí expuestas” detalló Herbert al referirse sobre la situación que ocupa el Museo de Arte en el circuito nacional de museos.

Originalmente construido a partir de 1723 por un grupo de frailes agustinos de la provincia de Michoacán, para ser convento dedicado a la Virgen de los Dolores “el Museo de Arte por sí sólo implica una obra de artística. Hemos mantenido gran parte de la estructura original, tanto en sus dos niveles como en las salas. Desde mi gestión las modificaciones han sido muy pocas, salvo la nueva bodega, que ofrece mayor amplitud y utilidad para las funciones propias del museo”, detalló la artista plástica y docente de pintura.

Marcela Herbert es una de las tres mujeres que dirigen museos de importancia cultural para nuestro estado y el país, tales como el Museo Regional dirigido por Rosa Estela Reyes, y el Museo de la Restauración, bajo la dirección de Concepción Lambarri. Sin embargo, nuestra entrevistada considera “que no es una cuestión de género, sino de profesionalismo y responsabilidad que demanda la gestión de espacios culturales tan importantes”. Desde esta perspectiva “sabemos de nuestra obligación de preservar los pocos y valiosos espacios destinados al arte en nuestro estado”.

Con colecciones permanentes de movimientos artísticos tan diversos como el Manierismo, Barroco, una modesta pero importante sección de pintura Europea y Pintura Mexicana del Siglo XIX, distribuidas en sus diferentes salas, en sus dos niveles, el Museo de Arte, dependiente del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes, cuenta con el Claustro de San Agustín, considerado el patio barroco más importante de América.

Ante las campañas mediáticas de las maravillas nacionales e internacionales, los espacios culturales, como el Museo de Arte, se ven en la disyuntiva de ofrecerse al público con proyectos de publicidad intensiva o de difusión más conservadora, dirigida a la gente más interesada en la cultura. Al respecto, la autora de la colección “Expresiones del Tiempo”, opinó: “se trata de coadyuvar las dos cuestiones. Por un lado se trata de que el Museo del Arte y las exposiciones lleguen a toda la gente, para que el público nos visite. Pero también se trata de conservar los estándares de calidad y la congruencia entre las obras que se exhiben y el perfil del mismo recinto”.

Ante la lamentable situación de deterioro que sufren otros recintos, como el Exconvento de Santa Rosa de Viterbo, Marcela Herbert declaró que “el Museo de Arte no padece esta problemática en ninguna de sus secciones, ya que cuenta con una estructura magistralmente elaborada, con edificaciones fuertes y de materiales de la más alta calidad”. Sin embargo reconoció que “los problemas que enfrentamos como recinto son las filtraciones de agua de lluvia, ya que el sistema de drenaje no es efectivo para desahogar en con rapidez el líquido, provocando encharcamientos en el patio, sin que se ponga en peligro el acervo y las colecciones”.

Además del apoyo permanente que recibe de Gobierno Estatal, a través de partidas presupuestales, el aposento cuenta con el auspicio continuo de los Amigos del Museo del Museo de Arte de Querétaro Asociación Civil y de diferentes empresas de la iniciativa privada, así como de instituciones educativas y culturales. Dicho apoyo, aunado al aporte oficial, “es de importante valía para el funcionamiento del Museo, sin el cual sería casi imposible el funcionamiento del Museo”, reconoció Herbet.

Al respecto, la directora señaló: “nos interesa tener más empresas de la iniciativa privada dentro de los programas de patrocinio y apoyo para el Museo, de esta manera podemos hacer extensiva la cantidad y la calidad de los servicios que se ofrecen en el recinto. Se trata sobre todo de permear de la responsabilidad social que tiene la sociedad con los espacios culturales, sobre todo las personas que tienen las posibilidades de apoyarnos con patrocinio”.

Asimismo instituciones culturales, como la Universidad Autónoma de Querétaro, la Orquesta Filarmónica del Estado, entre otras contribuyen a consolidar los diferentes servicios, tales como el Departamento de Servicios Educativos, el departamento de curadoría, entre otros. “Pero tratamos de extender otras actividades del Museo, tales como la investigación, una mayor y mejor publicación de las colecciones que se exhiben y un crecimiento en el acervo y vinculación con la librería del Museo, la cual queremos dirigir más hacia aspectos plásticos, en concordancia con la actividad del Museo”, detalló.

¿Cuáles son los retos a futuro que enfrenta el Museo de Arte? Marcela Herbert, en sintonía con lo que consideró “una problemática compartida con los otros museos”, afirmó que se trata de acercar más al público a los recintos y actividades culturales de nuestro estado, así como “provocar un mayor interés por parte del gobierno, en sus tres niveles, para un crecimiento en el presupuesto, y una mayor participación de la iniciativa privada que, por medio de patrocinios, nos permitirá incrementar la cantidad, variedad y calidad de los servicios del Museo”.

El Museo de Arte de Querétaro, efigie única que congrega la visión barroca y contemporánea de la cultura queretana, celebra su XIX aniversario con el próximo jueves 20 desde las 19:00, con la presentación del libro de Moreno Negrete y entrega de reconocimientos, y del 22 de septiembre hasta el 6 de octubre con la exposición colectiva 19 Arte Contemporáneo.

Cuaderno de Agua



¿Cómo puede derivar el insomnio en poesía?, ¿dónde radica el motivo expotador de la creación? Cuaderno de Agua (Fondo Editorial Tierra Adentro), del escritor y ensayista capitalino Jorge Solís Arenazas (Ciudad de México 1981) es el resultado literario de una crisis de salud por la que pasó el escritor, cuya obra será presentada el próximo jueves 13 de septiembre a las 20 horas en el Express Arte Café, auspiciado por el Instituto Queretano de la Cultura y las Artes.

Cuaderno de Agua está conformado por Tabula Rasa, Debajo del muñón del pulpo, Escolios y Cuaderno, donde cada bloque o capítulo constituyen específicas representaciones simbólicas de riqueza evocativa y recursiva, en la búsqueda constante por encontrar la escritura en su estado más primigenio, permeando de reflexiones, confesiones y decantaciones estéticas, tomando como cómplice al lector.

Tabula Rasa, primer cuaderno con el que abre el volumen, comienza con una advertencia y una dicotomía entre el todo y la certeza de la existencia. Una exploración hacia la alucinación y la intervención onírica con la realidad fugaz: “Lo que ves es todo lo que es El Ojo es todo lo que hay”, revela Solís Arenazas. “Mira bien: lo que ves es todo lo que es”.

¿Acaso la certeza del silencio permite imaginar otras vertientes representativas en el lenguaje poético? el también autor del libro de ensayos Entre la iguana y el colibrí desarrolla una bifurcación literaria, entre el cuestionamiento estructural de la poesía y a diferente disposición de las posibilidades del lenguaje poético. Así, tenemos un ejercicio de circunscripción simbólica en el tercer texto de Tabula Rasa: “Donde dice “Ojo” debe decir algo más. No en el vocablo diferente, la diferencia. Donde dice “Ojo” podría seguir diciendo “Ojo” si el signo se trascendiera. Incluso podría decir “Ojo” –en una red inmensa donde la posibilidad fuera el camino de lo total”.

Seis años le tomó a Jorge Solís Arenazas concluir Cuaderno de Agua, cuyo proceso de creación, no exento de vicisitudes enfermizas, se vio engalanado con la obtención del Premio de Poesía Joven Elias Nandino 2006, certamen convocado por el Fondo Editorial Tierra Adentro del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Dicha distinción al obtuvo Solís Arenazas después de competir ante 228 trabajos, dictaminados por Víctor Manuel Cárdenas, Carmen Villoro y Héctor Guerrero, siendo Cuaderno de Agua la número 226.

Jorge Solís Arenazas propone un proyecto de escritura que “más que buscar una trascendencia, tenía que ver con los límites del lenguaje en el mundo formal”. ¿Acaso el lenguaje está limitado por el silencio? El autor considera que se sintió interesado por el silencio, “lugar donde el lenguaje no puede llegar y que para mí representa una enseñanza sobre nuestros propios límites y nuestra finitud”.

Sin embargo, el horizonte de expectativas del autor se desdobla y revela una irónica implicación del lenguaje en la concepción del silencio. Es en Cuaderno, donde ese vacío se presenta evocado desde el lenguaje poético: “No camina el tiempo por otra ciénega distinta a las vértebras. Hundida en mis piernas, esta grapar me impide caminar: se abre en el Insomnio de Nadie. De este sitio se desprende la escritura”.

¿Cuál es la situación del lenguaje ante el silencio al que se refiere Solís Arenazas? más que un silencio es un aliciente. Una frase de Octavio Paz bien podría reforzar el argumento de Solís Arenazas: “Enamorado del silencio, al poeta no le queda más recurso que hablar”. Y nuestro autor demuestra que habla desde la poesía empeñada en mostrar los límites de la enunciación, cuando afirma que su escritura parte de un lenguaje herido, que no puede decir las cosas con inocencia, y que rigurosamente interroga a cada una de las palabras como una manera de dimensionar el lenguaje éticamente.

Así lo demuestra en otro de sus pasajes figurativos: “La pregunta: algo se ramifica sin detener la hélice, los caminos cuyo imán borra la esfera. Detrás de la soga, ningún paso que no diga la imagen. Al llegar a ese lugar, llueve la trajinera hacia abajo. El cuerpo sin reunión es la apertura. Todo es huella del arco floral. Esos breves portales para la navegación no tienen nombres; escapan a cualquier letra. Sobre el agua cruje la madera, el remo vuelve al ritmo, es la letra su propia ausencia”.

Cuaderno, sin duda la parte más elocuente del ejercicio poético en prosa, permite dilucidar la inquietud de autor y sus esfuerzos por trascender a sí mismo, de denunciar la función de la escritura como aliciente pudoroso: “Desconfío de los poemas que dan la impresión de que el lenguaje y el ser son puros, inmediatos, asépticos. Este tipo de lenguajes pueden funcionar desde una perspectiva estética pero la poesía no puede circunscribirse únicamente a ello”, refiriere el poeta.

Julieta Márquez y sus livianas chejovianas




"Livianas Chejovianas”, proyecto de adaptación teatral desarrollado por la artista escénica Julieta Márquez, acreedor al estímulo del Programa de Apoyo a la Producción Artística del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes (IQCA), tratará de presentar la naturaleza y condición humana desde visiones teatrales a través de cuentos de Antón Chejov dirigidos al espectador joven.
La intención inicial, según la actriz formada en el Foro Teatro Contemporáneo, “es llevar a escena inicialmente tres cuentos de Antón Chejov, “El Contrabajo”, “El Gordo y el Flaco” y “La muerte del funcionario público”, desde un lenguaje más adecuado que llegue a los jóvenes”. Abundó: “he visto diferentes esfuerzos teatrales que se empeñan por llegar al público joven; sin embargo, al utilizar lenguajes escénicos complicados, los jóvenes pierden ese interés por el teatro, se desencantan y no se acercan”, detalló.
Aburridos, incompresibles, demasiados prejuicios que se gesta en el espectador joven por el hecho de tratarse de autores clásicos. Márquez revela: “lo que buscamos con este proyecto, que incorpora a Uriel Bravo en la dirección y a Manuel Puente en la actuación, es utilizar lenguajes que sean divertidos, ágiles y accesibles para permitir otro acercamiento a la obra de Chejov, presentando obras con temáticas sociales y cotidianas, con inclusiones directas de la condición humana”.
Entre los nombres de Dostoievski, Tolstoi, Pushkin, Gogol, ¿por qué se eligió a Antón Chejov? Nuestra entrevistada reconoce: “además de ser su admiradora, lo elegí porque es un escritor canónico que marcó la pauta para muchos otros creadores de la literatura y la dramaturgia, desde sus temáticas cotidianas, por su lenguaje aparentemente simple y por el sentido de concreción en sus textos no lo tienen otros escritores”.
Actriz de a obra “Muerto El Perro...”, reveló que la “Livianas Chejovianas” significó un gran reto en su adaptación: “a primera vista podrían tratarse de anécdotas sencillas, pero al adentrarte al texto, al releerlo, al verlo, te das cuenta de que hay algo que te está invitando a penetrarlo de otra manera. Desde la primera vez que leí a Chejov me causó un estado de fascinación, que llegué a decir ¡qué fue lo que leí! y eso es lo que busco trasmitir en el escenario”
La autora revela que este proceso de proyección de “Livianas Chejovianas” comenzó desde hace siete años: “yo sabía que había algo en los cuentos que aún no lograba entender, con el correr de los años comencé a configurar otras lecturas de los textos, indagando en la multiplicidad de puntos de vista y de lectura. Habrá gente que lo toma como un relato humorístico, habrá gente que logre desentrañar al texto y lo haga suyo”.
Actriz protagónica del circuito teatral queretano, Julieta Márquez reconoce que las opiniones de sus colegas en torno a las “Livianas Chejovianas” a un principio fueron obviedades, con base a los numerosos montajes anteriores del escritor ruso: “me decían: vas a montar El Oso, La Dama del Perrito, entre otros cuentos que se han montado constantemente desde hace muchos años”. Sin embargo, destacó que no siguió la línea tradicional de adaptaciones chejovianas.
Así, “Historia de un Contrabajo”, drama azaroso en torno a una desafortunada decisión del protagonista; “El Gordo y el Flaco”, disgregación clasista que evoca la separación social de los estados modernos; y “La muerte del funcionario público”, cuento que transgrede la situación espacial y temporal de la muerte y las vicisitudes cortesanas de la cotidianidad aparentemente real, son los cuentos que inicialmente conforman “Livianas Chejovianas”, con miras a ampliarse con tres cuentos más, según Márquez.
En un trabajo de adaptación tan arduo y complejo, para la artista escénica “definitivamente es el personaje la entidad donde centra más mi esfuerzo, por lo que nos dice, lo que siente, lo que sufre, lo que anhela, por cómo nos muestra los diferentes rostros y cómo nos invita a desentrañar que hay detrás de ese rostro que vemos, qué hay entre las líneas del texto a partir del personaje, por sus acciones y sus reacciones, además por su identificación con la naturaleza humana”, detalló.
Al respecto de la escasa presencia femenina en las actividades teatrales de nuestro estado, Julieta Márquez atajó: “el hecho de que no aparezcan nombre de mujeres en los eventos, como en el caso de la Muestra Nacional de la Joven Dramaturgia, no significa que no estén trabajando, yo conozco a muchas mujeres escenógrafos muy importantes en la Ciudad de México”. En nuestra ciudad reconoció que, tras estar dos años fuera de nuestra entidad estudiando dramaturgia, “no podría decirte exactamente cual es la situación con el teatro producido por mujeres, pero se de mujeres que son coreógrafas, escritoras, etc. en general la mujer ha ganado mucho terreno, a pesar de las actividades que por ser mujer te ves obligada a hacer”.

A propósito del género en las artes, declaró que “aún es mal visto que una mujer se desempeñe al teatro y que se dedique a las artes” sobre todo cuando tiene hijos. Citando al director teatral Ludwick Margules, refirió “los hijos de los actores son muy egoístas, quieren comer tres veces al día ¿cómo se les ocurre?”

viernes, 31 de agosto de 2007

Ensayo sobre la ceguera


La izquierda mexicana actual, concretada principalmente en la imagen del Partido de la Revolución Democrática, padece una extraña enfermedad que les llegó de súbito, aunque ya se advertía su posible contagio: epidemia tribal escatológica con tufo a demagogia y democracia de levantadedo, arrebatos de micrófonos y abstinencia autocrítica. Ceguera, pues. Peste que se alegoriza en cada personalidad perredista y que exacerbó sus propios fantasmas, los mismos que ha atacado la izquierda desde la trinchera de la obstinación.

Quizás el hombre que esperó confiado un proceso democratizador en automático, como quien espera la previsible luz verde del semáforo, sea el mismo que se ha visto enclaustrado en una campaña presidencial perpetua. Quizás ese mismo hombre fue el primero en padecerla y en regarla con vehemencia por toda la clase política de izquierda de nuestro país. Quizás ese hombre sea el único que pueda ver y guiar a sus parroquianos, aunque sea por un instinto febril con coqueteos autoritarios.

Ni siquiera los hombres puestos en cuarentena obligada por videoescándalos sobre pedido (¡etimológicamente escándalos de la vista!) se han librado de padecerla; ellos desarrollan, incluso, sintomatología radicalmente autodestructiva, cerrando posibilidades de cura alternativas y progresistas con rumbo y visión.

Gradualmente le ceguera avanzó y terminó por infestar las dos principales tendencias: el Frente Amplio Progresista y Nueva Izquierda. Así, la ceguera blanca terminó por degenerar a sus hombres y mujeres, funcionarios, candidatos, acarreados, militantes, simpatizantes... los infestó de sus propios y más bajos instintos: votaciones fraudulentas, tomas pendilleriles de tribuna, enfrentamientos verbales y físicos, protestas cacofónicas.

Se apeló a la nulificación de los principios democráticos de izquierda y se fraguó una quimera, gestada por sentimientos antiliberales y miserables. Egoísmo y canibalismo, orquestado con un bajo continuo lúgubre: “¡Voto por voto, delegado por delegado!”. Y la sociedad, corrompida, expectante, defraudada, impotente, ciega al fin, sintió que su último reducto de esperanza se esfumaba, al igual que su ulterior participación sufragista, en un proceso interno, antidemocrático, espurio y ciego.

Ensayo sobre la Ceguera (1995), le valió al escritor portugués José Saramago (Azinhaga, 1922) el Premio Nobel de Literatura 1998. Una parábola de la cotidianidad actual, que en sentido eminentemente simbólico, hace referencia a la ceguera crónica producto del egoísmo y la violencia de nuestras instituciones primigenias. Allende la ceguera física, Saramago destroza las representaciones volátiles que componen una realidad social frágil, compungida, azarosa y lúdica. Se hace presente en el contexto democratizador cegado de egolatría, carente de la única luz que los mismos contagiados nos convidaron a mirar, sin advertir que ellos eran la más peligrosa de las contraindicaciones.

Un libro con narrativa impresionante, que impide al lector separarse de las abstracciones y simbolismos que él mismo construyó. No se puede ser la misma persona después de leerlo, so pena de quedar ciego.

martes, 21 de agosto de 2007

Foro Querétaro Democrático 1997-2007


Los días jueves 16 y viernes 17 de marzo se llevó a cabo el Foro Querétaro Democrático 1997-2007 ¿Qué pasó, dónde estamos, a dónde vamos? bajo la convocatoria de Diálogo Queretano, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Querétaro y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con el apoyo del Instituto Electoral de Querétaro. Se instalaron mesas de trabajo sobre tópicos presentes en el espectro social queretano: Política, Cultura, Periodismo y Sociedad.
Haciendo una distinción, por competencia temática, de las mesas de Cultura y Periodismo, a continuación se presenta una crónica del mosaico de ideas que fomentaron la tónica participativa de los participantes del foro.
La mesa de Cultura estuvo conformada por el historiador José Félix Zavala, el urbanista y férreo defensor del Centro Histórico, Gonzalo Ruiz Posada, el poeta queretano Luis Alberto Arellano, la ex regidora y consejera cultural panista, Natalia Carrillo y el periodista Agustín Escobar. La moderación corrió a cargo del director del INAH, delegación Querétaro, Diego Prieto.
Cada voz proclamó sus referencias y visiones personales en torno a la cultura o lo que cada quien concibe como cultura, así como su estado, su desarrollo, sus vicisitudes, sus ausencias, pero sobre todo su presencia dentro de la sociedad queretana. Abundaron las retrospectivas y los recorridos dialécticos de la cultura, más desde un punto de vista cronológico que genérico.
Natalia Carrillo, con un marcado acento institucional, sentó el contraste y obvió un recorrido de la cultura de Estado, más hacia una distinción de esfuerzo gubernamental, digno de una inserción pagada, que de un enfoque crítico. Su intervención estuvo caracterizada por referencias institucionales y menciones intermitentes de empresas culturales del sector privado.
La visión urbanista, que mereció un recorrido oral en torno a la nulidad del estado laico, fue de Ruiz Posada. El Centro Histórico, la Iglesia, la libertad de expresión, el cinismo –según el urbanista- con el que las autoridades detentan el poder, la frivolidad y la impunidad. Menciones de ejemplos donde se transgreden los principios esenciales de la convivencia y el respeto al Patrimonio Cultural.
Agustín Escobar, descontextualizado temáticamente, pero adecuado en lo que a interdisciplinareidad se refiere, habló sobre la libertad de expresión y la censura de la que ha sido víctima en el periodismo local. Ejemplos como referencia autobiográfica revelan una historia de contrastes en el oficio del periodismo, exacerbado en la última década.
José Félix Zavala tomó un rumbo categorizante de la cultura y la llamó alta cultura. Instituciones Públicas que van de la Escuela de Bellas Artes de la UAQ al Panteón de los Hombres Ilustres. Distinción que, desde su punto de vista, merece un análisis y una reflexión ulterior.
Quien acaso tuvo un acercamiento adecuado al hablar de cultura, quizás apelando fidedignamente desde su posición de artista, fue Luis Alberto Arellano, quien desglosó la otra cara de la historia cultural queretana. Pírricas designaciones, errores de gestión cultural, trámites que entorpecen la labor del artista y burocracia imponente, son algunos de los tópicos que destacó el también académico universitario.
Distinciones, señalamientos, referencias, correcciones... la mesa de Cultura tuvo de todo y casi nada culturalmente hablando. La cultura genérica e incluyente, aquella que no discrimina entre culturas populares y la alta cultura, por uso y costumbres burocráticos, no se hizo presente. Las referencias al pasado ubicaron al foro en un presente pesimista, pero la interrogativa del rumbo de la cultura no fue ni siquiera abordada. No se evocó a la cultura científica, política, educativa, artística (desde las premisas más clásicas y tradicionales hasta las propuestas contemporáneas) y multidisciplinaria. Anacronismo que beneficia al presente pero no enriquece al futuro. Salvo la voz de Arellano, le presencia de la cultura juvenil fue nula.
La mesa de periodismo, moderada por Flavio Lazos, congregó al empresario y periodista Andrés Estévez, al director del semanario católico El Observador, Jaime Septién, al periodista y académico, José Luis Álvarez Hidalgo, al periodista, Ramón Martínez de Velasco y al investigador y escritor Jorge Vargas Sánchez.
Martínez de Velasco declaró la existencia de contenido podrido en el periodismo local, actividad a la que –señaló- los oportunistas le llaman oficio. Denunció la existencia de una obstinación genérica mediática a repetir declaraciones.
Andrés Estévez destacó la ventaja que tienen los periodistas de influir en la conciencia social, ya que los medios fungen como puentes entre el acontecimiento y la sociedad. En contraste Álvarez Hidalgo aseguró que no existe periodismo en Querétaro, sólo campea el poder. Para el también artista escénico el periodismo local se ufana de establecer relaciones de poder entre el Estado y la Iglesia, esta última homologada como suprapoder fáctico.
La contribución de Jaime Septién giró en torno a una palabra, desde su punto de vista, esencial para el desarrollo del periodismo local: coherencia. Refirió que nunca se ha visto expuesto a la censura ni al linchamiento mediático por consignar constantemente un principio de coherencia entre lo que escribe y lo que le gusta escribir.
Jorge Vargas Sánchez retomó la ruta crítica iniciada por Martínez de Velasco. Destacó que el periodismo se distingue más que por una actividad profesional, por ser una dinámica burocrática de la información, emanada de la relación chocante entre el poder y los medios.
Similar a la mesa de cultura, la propuesta juvenil estuvo ausente, así como nombres de periodistas que estuvieron presentes en el proceso de transición, si bien incipiente y perfectible, concreto de la democracia queretana. No hubo fotoperiodismo, periodismo gráfico (caricatura) ni mucho menos periodismo de investigación. Tampoco hubo autoridades ni representantes de los poderes del Estado.
Reseñas con las mismas caras que, después de diez años, abren preguntas y dejan muchas dudas al viento. Tanto la cultura como el periodismo requieren de una conceptualización alterna y acorde a la realidad actual y para el futuro social del Estado. Perspectivas que se olvidaron de colocar en la comunidad estudiantil, universitaria y social la iniciativa para una reconfiguración incluyente y participativa. Necesitamos definir a la cultura y al periodismo sin adjetivos y con amplitud de inclusión, con vocación genérica, desde su primigenia función social. Una cultura para propiciar la libertad y un periodismo no como cuarto poder, sino como antipoder. Ya no por designio oficial sino por derecho inalienable, reconocido de facto por el simple hecho de ser ciudadanos, merecedores de más y mejor cultura, y de un periodismo libre y con visión democratizadora.
Desde los dignos esfuerzos editoriales donde participo (Tribuna, A Desalambrar, etc.), se extiende una felicitación y un exhorto a la comunidad académica y estudiantil, de la cual soy parte orgullosamente, para promover con ética, cultura y libertad una alternativa diferente de sociedad, más exigente y menos frívola, más dinámica y menos metódica, más culta y menos sedentaria, más libre, más universitaria, más de todos.