miércoles, 20 de junio de 2007

Entrevista con José Luis Álvarez Hidalgo


A raíz de proponer un proyecto de dirección teatral para la obra Sor María Ignacio lo explica todo para usted, el director teatral José Luis Álvarez Hidalgo, quien resaltó el apoyo “franco y decidido hacia el teatro”, se hizo acreedor al estímulo a la producción artística Apoyarte que otorga el Instituto Queretano para la Cultura y las Artes, y que según el director “será dirigido directamente a los aspectos de la producción y su próxima puesta en escena el 29 de junio en el Museo de la Ciudad”.

Álvarez Hidalgo nos habla sobre las expectativas que tiene para la producción de esta obra: “en cualquier lugar donde se ha presentado, aún en ciudades importantes de los Estados Unidos, como Washington o Nueva York, la obra ha causado serias controversias, protestas abiertas del clero y de grupos religiosos que han tratado de boicotearla, así como pronunciamientos de la Iglesia condenándola. Es una obra que levanta ámpula por la durísima y lúcida mirada de su creador. Tratándose de Querétaro nos esperan algunos rounds de sombra muy interesantes”.

Sor María Ignacio lo explica todo para usted, creada por el estadounidense Christopher Durang, escritor de comedia y teatro de lo absurdo, propone una trama que apunta directamente a la intolerancia, a los miedos y al fanatismo a través de un texto punzante, ácido y crítico. “La obra apela frontalmente a una reflexión entorno a preguntarnos qué nos pasa como sociedad a partir de la religión, desde todos sus matices, tanto educativos como morales, que serán vistos y confrontados por el público más temprano que tarde”, agrega Álvarez Hidalgo.

Sor María Ignacio... tiene un mensaje directo para el público: “ofrecer una reflexión muy honda por saber qué está pasando con la iglesia, la religión, la educación y la obstinada intención religiosa por querer apoderarse de todo el aparato social”. La obra ha sido positivamente acogida por públicos internacionales, ya que ofrece una alternativa escénica interesante, participación del espectador, humor negro y un ácido sabor a venganza que penetra en el público.

Desde una interpretación social las temáticas contemporáneas del teatro permean reflexiones de un tipo de sociedad que busca el progreso. Según Álvarez Hidalgo, tanto los teatreros como el espectador deben de tener el compromiso de compartir nuevas tramas dramáticas que partan de esa realidad que muchas veces no queremos ver, “de lo contrario no estamos evolucionando, ni como teatreros ni como sociedad”. Y añade que “si nos quedamos estancados en ciertos géneros que son complacientes para un público complaciente no existe el teatro”.

Distingue al teatro complaciente y superficial como “el teatro televisivo, es decir, el tipo de teatro que adopta los esquemas de los programas televisivos, produciendo un retroceso e involución teatral. La vanguardia está en los temas que son incómodos y perturbadores, pero sobre todo, llevarlos al público para que se enfrente con ellos”.

Reconoce que la inquietud por desarrollar teatro alternativo y con temáticas comprometedoras, parte de una sugerencia que le hizo “una amiga teatrera y militante de izquierda”, quien le dijo “ya deja de hacer teatro de melindres, de recamara y demás historias, hay que hacer teatro político, que es el que necesita nuestra sociedad”. Y acota: “a partir de la problemática política nacional, del fraude electoral del 2006, de la asunción al poder del presidente espurio, y de lo que vivimos ahora con la derecha en el poder, no podemos estar impávidos ni cruzados de brazos ante esta situación, sino participar activamente desde nuestro teatro para proponer alternativas y visiones distintas”.

Políticamente sentado a la izquierda, profesionalmente con una disyuntiva entre la docencia y la actuación, para Álvarez Hidalgo el provocar la risa a través del teatro como un reflejo de lo que somos y no nos gusta mucho reconocernos, y la catarsis como ejercicio dramático liberador de emociones entre el actor y el espectador, son las causas principales para realizar teatro comprometedor, obras que por medio de un proceso de comunicación comprometan la vida, la realidad y la forma de ver la existencia del espectador.

La característica teatral que distingue el trabajo de José Luis Álvarez Hidalgo es su renuente fascinación por realizar teatro coyuntural, con temas de tratamiento complejo y tramas elaboradas e impactantes para el público consumidor de teatro, a lo que el director refiere que “el teatro sustenta todo el drama y la emoción; trabajar con emociones a flor de piel, pero que nacen de lo más profundo de nuestro ser, siempre será un reto para cualquier actor y una exigencia para las diferentes propuestas de la dramaturgia”.

En contraste, nuestro entrevistado considera que los textos superficiales, como las comedias ligeras, no implican mayor complicación dramática y emocional. “Tocar fondo es, tanto para el actor como para la actriz y el público, un reto emocional y una ambición estética y artística que debe de hacerse presente en el teatro”. De lo contrario las artes escénicas se convertirían en un divertimento fácil y de entretenimiento banal.

Reconoce que el público espectador de teatro moderno en Querétaro ya se encuentra listo para ver nueva dramaturgia, pero la iniciativa comienza como un compromiso social por parte de los teatreros. “Recuerdo que en el año dos mil montamos la obra La Pasión de Peter Nichols, arriesgada visión del teatro inglés contemporáneo con alto contenido sexual, asumimos el reto y tuvo una recepción impresionante por parte del público”.

Tres dimensiones definen el perfil de Álvarez Hidalgo: docente en comunicación y periodismo, político de izquierda y artista de teatro. Esas tres facetas se encuentran imbricadas “no puedes andar caminando por la vida con una sola virtud. Para mí tanto la cuestión docente como la política han sido parte de mi vida desde estudiante. Cuando incursiono en el fenómeno artístico conjugo los tres elementos a colación”. Ejemplifica que el dominio de las artes escénicas “me dan ciertas habilidades como docente, confiriéndole un carácter muy teatral en mis clases, siendo este un excelente apoyo”.

La conjugación de la política y teatro lo ha estimulado para realizar anteriores montajes a partir de la realidad social y de la problemática política, tales como La Muerte y la Doncella del escritor chileno Ariel Dorfman, que trata sobre dictadura de Augusto Pinochet y Tres Mujeres Altas de Edward Albee, visión tripartita devastada inexorablemente por el tiempo.

- ¿Son suficientes los incentivos económicos para el apoyo al teatro en nuestra entidad?

- Nunca serán suficientes. Comparado con los apoyos que se reciben en Europa, particularmente en Alemania, pues no es nada. Aquí aportan cuarenta mil pesos, mientras que allá son cuatrocientos mil pesos, por poner un ejemplo. No obstante, hay un espíritu democrático por dar a todas las disciplinas y creadores artísticos un poco, y con ese poco podemos hacer mucho. Si nos toca a la mayor parte de los creadores que tenemos trayectoria, que hacemos cosas de calidad y que invertimos los recursos, tenemos los recursos mínimos necesarios para realizar una producción...después que dios nos agarre confesados.

2 comentarios:

Triquis dijo...

buena entrevista la que te avientas negro... sigue así

Anónimo dijo...

He visitado esta página, una sola vez, y mi interés por un libro "todo lo que hay que leer" de Christiane Zschirnt, fue lo que rescate de ahí, y tú más que nadie, sabe cual fue mi frustación hacia este libro. Lo lamentable aqui es que te dan una reseña muy breve y con poco fundamento del contenido de los libros, pero lo más crudo es que lo hacen con muy poco criterio literario, dando origen a mi frustación.
Claro esta, que hay que estar al pendiente de la página por si alguien se anima hacer algunas modificaciones para realmente fundamentar la literatura en los adolescente principlamente y a los lectores principiantes. Sin olvidar que la literatura NO es una forma de "conquistar" al sexo opuesto, porque es lo que manejan para llamar la atención de los jóvenes.